Un nuevo estudio confirma lo que la mitad de Europa está empezando a pensar: reducir el consumo de carne es una de las formas más efectivas de reducir nuestra huella de carbono.
Se ha demostrado que una reducción en el consumo de carne, por pequeña que sea, es muy útil. ¿Por qué los que comen menos carne contribuyen a la guerra contra el cambio climático? Principalmente por el porcentaje de emisiones de gases de efecto invernadero que genera la producción ganadera. La caída de la demanda se traducirá en menores números de producción y, en consecuencia, mejoras climáticas. Matemáticas, no opinión.
Según los científicos de la Universidad de Illinois, la producción ganadera literalmente devora el suelo, e contribuye con el 57% de todas las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI). Los hallazgos fueron revelados en la revista académica. Comida de la naturaleza. Algunos líderes de la industria de plantas creen que este es un número conservador, que potencialmente descarta el impacto que tiene el transporte en la cifra final. El CEO y fundador de Impossible Foods Pat Brown (si te interesa su visión del futuro puedes encontrarlo aquí), estima que el número se acerca al 80%, pero ¿qué significa eso en términos reales?
Al desglosar las estadísticas, el resultado no cambia: come menos carne.
Ganadería intensiva son una práctica en gran medida insostenible, tanto en términos de recursos planetarios como de dinero. Es una industria dañina para el clima y nociva para la salud. Y los gobiernos del mundo no parecen reaccionar rápidamente para asegurar una transición para los muchos (inocentes) agricultores, a pesar de las cifras que demuestran inequívocamente la necesidad de alejarse de estos modelos de producción de alimentos.
Las granjas son los mayores usuarios de tierra y agua del mundo, responsables de80% de la pérdida de suelo y 20% del consumo total de energía. En resumen, producir solo el 20% de lo que consumimos genera al menos el 58% de las emisiones. Come menos carne si no quieres eliminarla.
Los líderes mundiales no actúan
La divulgación de estos resultados hace aún más evidente que quienes están en posiciones de poder están mostrando una enorme indiferencia ante una realidad cada vez más evidente.
Hemos elegido (pero ¿lo vamos a hacer en serio?) Centrar nuestros esfuerzos de descarbonización en la energía, el transporte y los residuos. Todas las áreas válidas de mejora, pero sin abordar el consumo y la producción de carne, los esfuerzos serán en vano. Cualquier país que coma más carne que el promedio mundial debería ser multado como país contaminante.
La COP26 no ha reconocido ninguna responsabilidad del sistema alimentario mundial en las emisiones. Un artículo publicado en la revista Ciencias: A principios de este año, dijo que las emisiones de la producción de alimentos aún tendrán que reducirse si los combustibles fósiles se eliminan por completo. No es lo uno ni lo otro, pero ambos requieren atención inmediata.
Pequeños cambios para una gran diferencia
Hay una serie de razones por las que las personas no quieren cambiar a una dieta basada principalmente en plantas del personal de presupuesto, pero los expertos sugieren que una reducción simple y pequeña en el consumo total de carne tendrá un impacto colectivo.
Come menos carne. Escucha. Come carne un día menos a la semana y empieza a hacer tu parte.