El progreso no vive sólo de éxitos, al contrario. La tecnología también avanza a pasos agigantados y, a menudo, aprovecha las lecciones aprendidas de los fracasos. En 2023, la ambición desenfrenada ha superado los límites de la prudencia y la seguridad en numerosos sectores tecnológicos. Por ello, conviene recordar también los fracasos con la esperanza de que sirvan para mejorar en el futuro. Aquí están los peores fracasos del año pasado.
Lecciones del fondo del mar
La Tragedia del submarino Titán Sigue siendo uno de los momentos más oscuros del año. fiebre de stockton, el ingeniero aeroespacial detrás de este ambicioso proyecto, había ignorado las advertencias sobre la seguridad de su vehículo. Su decisión de desafiar las convenciones de ingeniería en nombre de la innovación resultó fatal, lo que provocó su muerte y la de otros cuatro pasajeros durante una expedición para explorar los restos del Titanic. Este incidente resalta dolorosamente cómo la línea entre la innovación audaz y la imprudencia puede ser delgada y peligrosa.
Robotaxi: Un sueño tecnológico que choca con la realidad
la división Crucero por GM presentó sus robotaxis en San Francisco con gran fanfarria, prometiendo un servicio de transporte autónomo sin precedentes. Sin embargo, después de una breve “luna de miel” (En todo sentido) la realidad pronto reveló graves deficiencias.
Varios accidentes, incluido uno que involucró a un peatón arrastrado 20 pies, han obligado al Departamento de Vehículos Motorizados de California suspender el servicio, citando riesgos inaceptables para la seguridad pública. La suspensión provocó despidos masivos (incluidos los del director general y cofundador, Kyle Vogt), y a una lección importante: la tecnología no puede avanzar a expensas de la seguridad humana.
Carne cultivada en laboratorio: actualmente rechazada
El sector de la carne cultivada en laboratorio, liderada por empresas como Upside Foods, prometió una revolución sostenible en la industria alimentaria. Por el momento, sin embargo, prevalece claramente el impulso en la dirección opuesta: la producción aún está lejos de ser escalable y sostenible, tanto en términos de costos como de practicidad. Y la política lo ha frenado en varios Estados, entre ellos Italia, dificultando a veces incluso investigarasí como la producción. Ya veremos en el futuro.
La “madre” de todos los fallos: el superconductor a temperatura ambiente
La promesa de un superconductor a temperatura ambiente, llamado LK-99, ha causado gran revuelo en el mundo de la física y en las redes sociales. Después de la publicación de un video de Corea que muestra el material aparentemente levitando sobre un imán, la historia ganó fuerza viral. viviendo con altibajos. Sin embargo, el entusiasmo se desvaneció cuando los físicos no pudieron replicar los resultados, revelando que LK-99 no era el superconductor esperado.
Este "accidente" demostró el riesgo de dejarse llevar por el entusiasmo sin una verificación científica precisa, poniendo de relieve la diferencia entre esperanza y realidad en el campo de la innovación tecnológica.
También vivimos fracasos
2023 fue un año que destacó cómo la carrera hacia el futuro a veces puede pasar por alto elementos fundamentales como la seguridad, la viabilidad y el impacto ambiental. Estos fracasos nos enseñan que la innovación requiere equilibrio, prudencia y una cuidadosa consideración de sus implicaciones a largo plazo.
Esperamos que las lecciones aprendidas este año puedan guiar un desarrollo tecnológico más responsable y sostenible en el futuro.