San Francisco es candidata a ser una de las capitales de la posmodernidad, con todo lo bueno (y malo) que ello conlleva. Después de la llegada de Elon Musk y su locura en la transición del pájaro tuitero al amenazador negro Los robotaxis, taxis autónomos diseñados para ofrecer un transporte seguro y eficiente, se están convirtiendo en escenario de aventuras personales e íntimas entre pasajeros.
Una tendencia que plantea importantes cuestiones sobre privacidad, seguridad y ética en el uso de estas nuevas tecnologías, ya que empresas de robotaxi como Cruise y Waymo buscan establecer reglas claras para sus usuarios. Mientras tanto, la realidad "sobre el terreno" evoluciona constantemente.
El auge de los robotaxis en San Francisco
Con la llegada de los vehículos autónomos, San Francisco se ha consolidado rápidamente como una de las ciudades pioneras en adoptar esta tecnología. Pero con la creciente popularidad de los taxis autónomos, también están surgiendo nuevos comportamientos de los pasajeros. Durante semanas, los periódicos locales de San Francisco, como el La Norma Recolectar evidencia de pasajeros que ven la ausencia de un conductor como una oportunidad para explorar nuevas formas de intimidad.
“Empezamos de inmediato, tan pronto como entramos” dicen Alex y Megan, él de unos treinta años y ella de unos veinte, quienes describieron su experiencia en un taxi Cruise autónomo. Y ella no es la única. Otros testimonios recogidos confirman que no se trata de casos aislados.
Seguridad y privacidad en el Juego
Si bien la idea de tener un momento íntimo en un vehículo en movimiento puede parecer aventurera, plantea preocupaciones legítimas sobre la privacidad. Empresas de robotaxi, como Cruise e Waymo, utilice cámaras internas y externas para monitorear y garantizar la seguridad de los pasajeros. ¿Qué pasa con los datos recopilados?
"Grabamos vídeos dentro del coche para mayor seguridad y apoyo". dice Cruise en su sitio web. Pero la continua vigilancia ha despertado resistencias, especialmente en lo que respecta a usar que empresas privadas pudieran hacer algunas filmaciones. Salvo algunos, al parecer.
Una sonrisa de complicidad
A pesar de las cámaras, algunos pasajeros como Alex y Megan se sienten lo suficientemente valientes como para continuar sus aventuras. Y a veces no son los únicos que se dan cuenta. Durante una de sus aventuras en taxi autónomo por el Golden Gate Park, las luces del escenario de Outside Lands iluminaron a la pareja, haciendo que sus “actividades” fueran visibles para los transeúntes.
Alex recuerda divertido: “Una persona en otro auto miró hacia adentro y se dio cuenta de lo que estaba pasando. Y él sonrió.". ¿No parece todo un poco... demasiado?
Taxis autónomos: ¿la nueva frontera de la intimidad?
Las reglas sobre lo que está y no está permitido dentro de un robotaxi aún se están ultimando. Si bien Cruise y Waymo evitan comentar directamente, está claro que existen pautas a seguir. Por ejemplo, Cruise insta a los pasajeros a evitar comportamientos que puedan incomodar a otros.
En un futuro cada vez más autónomo, la tecnología está redefiniendo no sólo nuestros movimientos, sino también nuestras interacciones. Los taxis autónomos, con sus interiores silenciosos y sin prejuicios (¿estamos a salvo?), están emergiendo como las nuevas “habitaciones de hotel” móviles de San Francisco.
Las empresas tienen prisa (¿estamos seguros? Después de todo, todo es publicidad gratuita) para establecer reglas y pautas, pero los pasajeros atrevidos como Alex y Megan ya se están anticipando a las tendencias.
¿Podríamos ver pronto aplicaciones de citas específicas para taxis autónomos?
Imagínese desplazarse por los perfiles y elegir no sólo la pareja ideal, sino también el modelo de taxi para la cita o el destino romántico. Suena un poco grotesco. Ah, la ironía de cuando la tecnología se encuentra con el instinto humano.
Quizás las empresas no lo hayan previsto (una vez más: ¿estamos seguros?), la innovación suele sorprender, a veces en forma de un trío: yo, tú… y el taxi.
¿Solo putas? Pero… ¿Estamos seguros? :)