La búsqueda de la inmortalidad ha fascinado a la humanidad durante siglos. Alguna vez fue un viaje salpicado de hechizos, pócimas y promesas de charlatanes, que vendían el sueño de la eterna juventud a través de peligrosas mezclas de mercurio, arsénico o surtidos de hierbas y pastillas, a menudo con resultados desastrosos. Hoy, en una era en la que la ciencia ha dado grandes pasos, la idea de un verdadero elixir de longevidad para envejecer más lentamente, o no envejecer en absoluto, ya no es un espejismo.
Detrás de esta nueva esperanza, encontramos una multitud de científicos apasionados y ambicioso, y multimillonarios entusiastas (además de estar muy interesado). A ellos se unen en esta procesión personas comunes y corrientes que están empezando a creer que el comportamiento correcto, acompañado de fármacos innovadores, podría añadir años, tal vez décadas, a su existencia, permitiéndoles envejecer de forma saludable.
El viaje para no envejecer
Vivir hasta los 100 años hoy ya no es un acontecimiento raro, pero sigue siendo un logro poco común. Ellos eran 23.000 en 1950, 110.000 en 1990, 150.000 en 1995, 209.000 en 2000, 324.000 en 2005, 455.000 en 2009 e 573.000 en 2021. Eso es aproximadamente el 0.0071% de la población mundial (en Italia 0.0305%, 4 veces más).
Si las recientes investigaciones sobre la prolongación de la vida alcanzan su máximo potencial, celebrar el centenario podría convertirse en la norma; y aspirar a llegar a 120 podría convertirse en un objetivo perfectamente razonable.


Avances en la "ciencia del envejecimiento"
Nos encontramos en una encrucijada apasionante en la historia de la humanidad, donde el antiguo deseo de escapar de las garras del envejecimiento está encontrando eco incluso en las salas de los laboratorios científicos. Este nuevo amanecer de descubrimiento y experimentación promete no sólo una vida más larga, sino también años de calidad, libres de las garras de las enfermedades que tradicionalmente acompañan a la edad avanzada.
Los increíbles avances que se vislumbran en los remedios que nos permitirán envejecer sanamente van camino de combatir las causas de muerte, en particular las enfermedades infecciosas. Sin embargo, el proceso de envejecimiento en sí, con sus males "sistémicos" (como la demencia, por ejemplo) aún no se ha ralentizado. Esta vez, la intención es precisamente atacar el envejecimiento desde su raíz, transformando el deterioro biológico de una fatalidad a una condición manejable.
Los primeros pasos serios
El viaje para lograr la longevidad se revela a través de una serie de exploraciones científicas que tienen como objetivo manipular los procesos biológicos asociados con el envejecimiento. Algunos de ellos son bien conocidos, como el restricción calórica drástica, que, aunque ha mostrado resultados prometedores en animales de laboratorio, se considera una petición demasiado alta para la mayoría de la gente.
La aparición de fármacos que afectan vías biológicas relevantes parece abrir una nueva ventana de posibilidades. Por ejemplo, el metformina, un medicamento aprobado para tratar la diabetes tipo 2, y el rapamicina, un inmunosupresor utilizado en trasplantes de órganos, están empezando a ganar atención como posibles agentes antienvejecimiento.
Un nuevo horizonte: los fármacos senolíticos
También genera esperanza el desarrollo de fármacos destinados a eliminar las células "senescentes", aquellas que el organismo ya no utiliza y que tienden a acumularse con la edad. Estas células, que alguna vez fueron esenciales para nuestro crecimiento y curación, se convierten en verdaderos "saboteadores" de nuestro bienestar a medida que comenzamos a envejecer, provocando una serie de disfunciones en las células sanas cercanas.
I fármacos senolíticos, diseñados para atacar estas células rebeldes, representan una frontera apasionante, aunque no exenta de desafíos. El dilema radica en eliminar selectivamente estas células problemáticas sin interferir con otras células viables.


Revolución epigenética: rejuvenecedor a nivel celular
Actualmente, la "cabeza de carnero", la vanguardia de la longevidad, probablemente esté en la investigación epigenética. Grupos de investigación académicos y comerciales están estudiando cómo rejuvenecer células y tejidos modificando marcadores epigenéticos en los cromosomas, que indican a las células qué genes activar.
Con la edad, estos marcadores se acumulan; eliminarlos podría devolver las células de un cuerpo de 65 años a un estado más juvenil, similar al de una persona de XNUMX años. Si bien la restricción calórica y la eliminación de células senescentes podrían retrasar el envejecimiento, se argumenta que el rejuvenecimiento epigenético podría detenerlo o incluso revertirlo.
Futuro ambicioso, grandes desafíos
La perspectiva de envejecer más lentamente o incluso revertir el envejecimiento es sin duda atractiva. Sin embargo, tal promesa trae consigo una serie de cuestiones éticas y prácticas. Las implicaciones sociales de una vida extremadamente prolongada son igualmente complejas. El interés de los multimillonarios La cuestión de las nuevas empresas que promueven la longevidad plantea preocupaciones legítimas: ¿los beneficios de estos descubrimientos revolucionarios serán accesibles para todos o serán dominio exclusivo de una pequeña élite?
Las ramificaciones de una vida mucho más larga, entonces, son vastas y podrían reescribir por completo las normas sociales y económicas. Por un lado, una vida laboral prolongada podría reducir las disparidades de género en el mundo laboral, dando a las mujeres más tiempo para equilibrar su carrera y la maternidad. Por otro lado, Una sociedad de centenarios podría marginar a los jóvenes. y crear una especie de culto juvenil. Una vez más, la acumulación paciente de capital, permitida por una vida más larga, podría favorecer el surgimiento de una clase media más fuertepero también podría exacerbar las desigualdades existentes.
Envejecer a cámara lenta o en rebobinado: un futuro para explorar juntos
El camino hacia la inmortalidad está plagado de desafíos científicos, éticos y sociales. Sin embargo, el entusiasmo que rodea a estos descubrimientos innovadores es palpable. Sigue siendo una cuestión abierta si habrá o no una revuelta contra una clase dominante que monopoliza los tratamientos antienvejecimiento, o si la sociedad será capaz de adaptarse armoniosamente a esta nueva realidad.
Entre nuestra expectativa de vida y la de la eternidad hay muchos caminos intermedios, y la investigación pretende alcanzarlos uno tras otro. Etapas de un viaje que promete revelar no sólo los secretos del envejecimiento, sino también la verdadera esencia de la experiencia humana.