Un nuevo estudio publicado por la Universidad de Cambridge en los últimos días muestra cómo la cantidad de azúcares añadidos y edulcorantes no nutritivos ha ido creciendo en las últimas décadas.
El hombre, como muchas otras especies, es llevado a preferir alimentos y bebidas más dulces por razones biológicas y evolutivas, ya que cuanto más dulce es una sustancia, más representa una rica fuente de energía. Esto, por supuesto, fue particularmente importante para nuestros antepasados.
Sin embargo, hasta la fecha, el consumo de alimentos y bebidas azucarados es mucho más alto de lo necesario. Esto conduce a importantes problemas de salud que se encuentran cada vez con mayor frecuencia; entre estos los más rampantes son obesidad, enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2. Esta es la razón por la que los fabricantes de alimentos y bebidas han comenzado a utilizar los denominados edulcorantes no nutritivos, en lugar de azúcares añadidos. Estos edulcorantes no nutritivos tienen la ventaja de no tener un alto aporte energético, por el contrario, se suele limitar a 0 o unos pocos kilojulios. Entonces pueden ser de origen natural, como la Stevia, o sintéticos, como el aspartamo.
¿Cuánta azúcar más comemos en alimentos y bebidas?
Investigadores de la Universidad de Cambridge fueron a analizar las cantidades de azúcares añadidos y NNS (non-nutritive sweeteners, del inglés edulcorante no nutritivo) en alimentos vendidos en todo el mundo entre 2007 y 2019.
El resultado prueba que esas bebidas que bebemos son más dulces, globalmente, en un 36%, mientras que los alimentos envasados en un 9%.
En cuanto a la alimentación, los más afectados son los “dulces” y especialmente las galletas y los helados. No nos equivocamos al decir que nuestros postres también son cada vez más dulces.
Para las bebidas, en cambio, el resultado es más controvertido: en realidad el aumento del nivel de azúcar en las bebidas es de alrededor del 50% en países con fuerte desarrollo económico, como China e India, mientras que disminuyó en otros países de mayores ingresos, como Australia y Estados Unidos.
El resultado final es, por tanto, un aumento global del 36%.

Ricos y pobres: mismo producto, diferentes niveles de azúcar
El estudio también destacó otra diferencia interesante entre países ricos y pobres. A medida que se satura el mercado de alimentos y bebidas en los países de ingresos altos, los productores se han expandido a los países de ingresos medios. Al hacerlo, utilizaron un nivel diferente de endulzamiento de sus productos, para proporcionar alimentos más saludables, o al menos menos dulces, a los países ricos y más dulces a los países pobres.
Medidas gubernamentales y sus efectos
Como sabemos, los gobiernos no se han quedado quietos ante la expansión del azúcar y han puesto en marcha una serie de políticas y medidas para frenarla. Los ejemplos sonaumento de los impuestos sobre el azúcar, las numerosas campañas de información, la reducción de espacios publicitarios para ciertos productos y cambios en el etiquetado.
Estas medidas, sin embargo, han significado que los productores hayan reemplazado parcial o totalmente el azúcar por edulcorantes no nutritivos, para no incurrir en penalidades y seguir siendo agradable al gusto de los consumidores.
Pero, ¿qué tienen de malo estos edulcorantes no nutritivos?
Bueno, antes que nada, la primera respuesta está en el propio nombre: no son nutritivos. Por tanto, no tienen ningún aporte nutricional ni en términos de energía ni en términos de moléculas útiles para nuestro organismo.
Y aún hay más! Educación recientemente, han demostrado una correlación entre el consumo de edulcorantes no nutritivos y la diabetes tipo 2, el daño al microbioma intestinal e incluso enfermedades del corazón.
Además, recordamos que el uso de ENN suele estar asociado a alimentos ultraprocesados, producidos industrialmente y ricos en ingredientes no naturales que los hacen más apetecibles. El consumo de estos alimentos, que por desgracia también corren el riesgo de ser considerados "saludables" por carecer de azúcares añadidos, se ha relacionado con la aparición de patologías graves como la diabetes tipo 2, el cáncer, las enfermedades cardíacas y, en última instancia, la muerte.
¿Cómo podemos obtener lo mejor de los azúcares y NNS en alimentos y bebidas?
La solución es la misma indicada en cualquier dieta que se precie: preferir alimentos nutritivos y procesados lo menos posible. Al hacerlo, también apoyaremos al medio ambiente, evitando alimentos y bebidas con un gran impacto ambiental en términos de emisiones y residuos de envases.
También sería deseable que los gobiernos consideraran más detenidamente las consecuencias no deseadas de algunas medidas, a fin de evitar estos efectos aguas arriba. Para ello, es importante impulsar políticas que potencien una alimentación sana, nutritiva y con un menor impacto sobre el medio ambiente.