Una vez en Italia se decía “después de Carosello, todos en la cama”: la publicidad era un evento concentrado en pocos minutos, hasta el punto de ser un espectáculo también para niños.
Hoy en día, la publicidad cubre muchas horas del día y, a menudo, es cualquier cosa menos un espectáculo, especialmente para los más pequeños. Quizás es por eso que el gobierno británico pronto implementará restricciones a nivel nacional sobre los anuncios de televisión que promocionan la comida chatarra.
Comida chatarra: tan peligrosa como fumar y el alcohol
Como parte de una lucha más amplia (y necesaria, diría yo) contraobesidad, los anuncios de comida chatarra rica en azúcar, grasa y sal no se permitirán en la televisión entre las 5:30 am y las 21:00 pm.
Una medida histórica, que puede abrir camino a otros países.
Según un informe de 2020 del Servicio Nacional de Salud Británico, la mayoría de los adultos en esas partes tienen sobrepeso o son obesos: el 67% de los hombres y el 60% de las mujeres. Sin embargo, lo peor es que el 20% de los niños a los 6 años han sido clasificados como obesos.
El enemigo número uno de la obesidad: la comida chatarra es su mano derecha
El primer ministro Boris Johnson dijo que los costos del NHS asociados con la obesidad son "grandes".
Creo que estamos adoptando el enfoque correcto. Creo que es importante enviar un mensaje. Me temo que tenemos un problema nacional de obesidad y debemos abordarlo.
Boris Johnson, Premier inglesa, en un intervención a la BBC
Luchar contra la comida chatarra no solo es bueno para el peso, sino también para la salud en general. Acabamos de ver durante la pandemia de COVID-19 cómo el exceso de peso puede ser una de las comorbilidades en enfermedades graves.
Enviar una señal a través de la publicidad de alimentos es totalmente correcto.
Desde finales de 2022, los comerciales de televisión que promocionen alimentos como comidas preparadas, nuggets de pollo y pescado rebozado tampoco se permitirán fuera del plazo designado.
La nueva política de comida chatarra se aplica tanto a los programas en vivo como a la demanda. Y no se aplica a empresas con menos de 250 empleados.
La prohibición no perjudicará a las empresas: solo a sus negocios "sucios". Podrán seguir promocionando sus productos, siempre que estén sanos.
Un ejemplo: si una empresa tiene cereales para el desayuno empacados con azúcar, eso contará como comida chatarra; no podrán publicitarla. Si además tiene una línea más saludable, podrá ingresar a los comerciales.
Es un primer paso: acabará que para los más "hartos de la comida" el territorio horario que alguna vez fue presa de anuncios eróticos será reemplazado por el de las patatas fritas. O tal vez siempre puedan intentar persuadir a los clientes mientras duermen.