Las bebidas azucaradas están vinculadas a una larga lista de enfermedades causadas por la mala calidad de la dieta, el aumento de peso y la diabetes. Varios estudios han demostrado que los impuestos sobre este tipo de bebidas reducen significativamente su compra. Sin embargo, entre las objeciones a su introducción (muchas veces espurias) está la preocupación de que puedan recaer más en familias de bajos ingresos.
Nada de esto, aparentemente. Nueva investigación de la Universidad de Washington publicada en Políticas Alimentarias (te lo enlazo aqui) mostró resultados bastante diferentes sobre la equidad de un impuesto sobre las bebidas azucaradas.
Bebidas azucaradas: el nuevo tabaco
Investigadores y organismos de salud pública presionan desde hace años para que se calme, como con los cigarrillos, la compra de bebidas azucaradas.
Este estudio no solo mostró una reducción efectiva en las compras, sino también un impacto positivo especialmente para las familias de bajos ingresos, con beneficios que van desde 5,3 a 19,1 millones de dólares al año en las 3 ciudades que activaron el plan experimental: Seattle, San Francisco y Filadelfia.
¿Un ejemplo? Los ingresos del impuesto a las bebidas azucaradas de Seattle se han utilizado para financiar programas y servicios para acceder a alimentos saludables, y en 2020 apoyó a las comunidades más afectadas por la pandemia.
El estudio
Para calcular los impuestos que pagan los hogares, los investigadores examinaron 1.141 compras de bebidas azucaradas en el hogar en tres ciudades de EE. UU. durante un año y determinaron el tamaño del impuesto per cápita para cada nivel de ingresos comparando las compras con la población de la ciudad. Un método aún tosco, aún faltan métodos más “granulares” para determinar las cifras con mayor precisión, pero este estudio muestra una tendencia incontrovertible.
Los impuestos sobre las bebidas azucaradas alejan más a las personas de bajos ingresos que a las de altos ingresos de los alimentos poco saludables, y regresan en forma de programas que sirven a esas mismas comunidades.
No está mal para las 7 jurisdicciones locales de los EE. UU. y las más de 45 naciones del mundo que ya lo han adoptado. Entre estos, 10 en Europa: Bélgica, Finlandia, Francia, Hungría, Irlanda, Letonia, Principado de Mónaco, Noruega, Portugal y Reino Unido.
¿Cuándo en Italia, donde el impuesto al azúcar ha sido pospuesto durante años para el placer de los lobbies?