Hay noticias que podrían transformar la seguridad pública en Italia. Y tiene un nombre que inspira respeto y miedo: el de un Dios, Júpiter. Es un sistema revolucionario que utiliza inteligencia artificial para ayudar a la policía a predecir delitos antes de que ocurran.
El “guardián” del futuro
Júpiter no es un simple programa informático. Se trata de un ayudante virtual gestionado por la Policía Estatal, diseñado para identificar, predecir y prevenir delitos de diversa índole, desde robos en viviendas hasta estafas, pasando por el acoso sexual. Y sus “compañeros humanos” aseguran: es increíblemente bueno en su trabajo.
Como el “pre-crimen” de la película “Minority Report”
Júpiter hace algo extraordinario: ve el futuro. Al contrario: para ser precisos, lo escucha. ¿Como? Analizar datos de diferentes fuentes, reconocer patrones ocultos y vincular delitos que ocurrieron en diferentes momentos y lugares. Si una pandilla de malos ha cometido una serie de robos, Júpiter puede ayudar a la policía a predecir su próximo objetivo.
Para ello, Júpiter necesita material de primera mano: las denuncias. Son el combustible para este motor de predicción. Cuando se presenta una denuncia que corresponde a un delito detectado por Giove, los operadores policiales pueden recopilar el mayor detalle posible sobre el modus operandi de los delincuentes.
Esta herramienta ayudará a optimizar la distribución de las fuerzas policiales en el territorio, enfocándolas en áreas con alto riesgo de delincuencia. Un pequeño paso para un software, un gran salto para la seguridad pública italiana.
¿Qué pasa con nuestra privacidad?
Si bien el uso de Júpiter es prometedor para prevenir el crimen y garantizar la seguridad de los ciudadanos, existen preocupaciones legítimas sobre la privacidad y la protección de los datos personales. De hecho, el software se basa en una gran cantidad de datos recopilados por la policía, incluidas denuncias y otra información confidencial, para realizar sus predicciones.
No es difícil imaginar los escenarios preocupantes que podrían surgir si esta información cayera en las manos equivocadas o se usara de manera poco ética. ¿Podría, por ejemplo, crear una forma de perfilamiento criminal basada en factores que podría terminar discriminando a ciertos segmentos de la población? ¿Qué sucede si estos datos son pirateados o utilizados para fines distintos a la prevención del delito?
Preguntas legítimas
Las autoridades son conscientes de los desafíos inherentes a esta tecnología. francesco mesina, a la cabeza de la Departamento Central Contra el Crimen de la Policía Estatal, subraya la importancia del control humano sobre Júpiter. No se trata sólo de garantizar que las decisiones de la IA sean correctas, sino también de garantizar que los derechos fundamentales, la privacidad y las libertades personales no se vean comprometidos.
Además, señala Messina, el uso de Giove se limita actualmente a datos específicamente relacionados con delitos y denuncias, y el acceso a dichos datos está estrictamente controlado. La ciberseguridad, el cifrado y otros métodos de protección de datos se utilizan para evitar infracciones y abusos.
¿Pero es eso suficiente? Hace poco les hablé de los casos de Fusus de la clearview, y Júpiter se hace eco de ellos en gran medida. Cómo se hace eco de otras herramientas policiales "inteligentes" ya adoptadas en el Estados Unidos y Australia.
Policía Estatal sí, Policía Estatal no
Muchos creen que es necesario un debate más amplio sobre cómo equilibrar los beneficios de la vigilancia predictiva con los riesgos potenciales para la privacidad. Es un tema complejo y delicado que requiere un debate abierto entre las fuerzas del orden, los expertos en ética y tecnología y la sociedad civil. Y hoy este debate comienza oficialmente también en Italia.
El futuro de la vigilancia predictiva con Júpiter puede ser prometedor, pero es crucial proceder con cautela, teniendo en cuenta la importancia de la transparencia, el respeto a la privacidad y los derechos de los ciudadanos. Sólo así podremos explotar plenamente el potencial de esta tecnología, sin comprometer los valores fundamentales de nuestra sociedad.