Fusus es una plataforma de vigilancia que integra cámaras públicas y privadas en una única red accesible a través de la nube. Y en sus primeros años de empleo partió en dos las reacciones del público. Por un lado, las fuerzas del orden lo consideran una herramienta valiosa para monitorear y prevenir delitos. Sin embargo, para los defensores de la privacidad y los activistas de los derechos civiles, se trata de un grave ataque a la libertad individual y un objetivo para los ciberdelincuentes.
¿De qué se trata exactamente?
Il sistema fusus fue creado para brindar a las fuerzas del orden un acceso rápido y fácil a información precisa a través de una red de cámaras autorizadas. La compañía afirma que el sistema "mejora todos los recursos de investigación y seguridad pública para las fuerzas del orden, los socorristas y el personal de seguridad privada". En 2019 comenzó a trabajar sobre algunas pequeñas ciudades americanas, y ahora incluye más de 33.000 cámaras.
Fusus permite a instituciones y empresas instalar dispositivos llamados FususCores, que les permiten integrar sus cámaras en una mega red conectada y accesible en tiempo real por parte de las fuerzas del orden y los rescatistas, sin necesidad de pedir más autorizaciones.
¿Un ojo global que acabará con la privacidad?
Los críticos de la plataforma argumentan que esto enorme red de cámaras y aumenta dramáticamente el riesgo de uso inapropiado y abuso absoluto. Nia Sadler del Proyecto de Abolición de la Tríada destaca el riesgo de vigilancia excesiva dirigida injustamente a grupos minoritarios, manifestantes u otras personas en función de la demografía o las afiliaciones.
No creo que esté del todo equivocado. Fusus plantea fuertes preocupaciones sobre la privacidad y los derechos civiles, que deben abordarse antes de continuar con su implementación.
En esencia, este sistema toma herramientas de vigilancia que, tomadas individualmente, son constitucionales y las agrega en un sistema de monitoreo persistente. Lo cual es flagrantemente inconstitucional.
control generalizado
A nivel técnico, la cantidad de datos agregados en solo dos sistemas (Fusus e clearview, De los cuales Hablamos aquí) es el esqueleto de una presentación masiva. Miles de millones de fotos, videos y datos de ciudadanos así centralizados también pueden ser un objetivo para los piratas informáticos interesados en crear desorden o acceder ilegalmente a información personal o corporativa.
Una vez más, el dilema es: seguridad pública versus privacidad y protección de los derechos civiles.
Y la sensación, al ver progresar estas vastas redes de vigilancia (pronto vinculadas a sistemas de reconocimiento facial e inteligencia artificial), es que el círculo alrededor de los espacios personales de todos se está reduciendo drásticamente.