Empresas y fabricantes de todo el mundo están cada vez más preocupados por la sostenibilidad, que crece de la mano de la conciencia medioambiental. Una de las grandes áreas críticas de este cambio es la del packaging: y esto por dos motivos. En primer lugar, los materiales que utilizamos tienen un impacto negativo en el ecosistema. En segundo lugar, los materiales que utilizamos tienen un impacto negativo en nuestro cuerpo. Terminan en vertederos y se quedan allí, pero una parte de ellos (especialmente si hablamos de microplásticos) se queda con nosotros y causa daños.
Diferentes empresas abordan el problema a través de la innovación y el diseño, e Máquina del mañana Se encuentra entre estos.
Un jugo con cáscara
startup sueca ha creado un prototipo de botella biodegradable llamado GoneShells, elaborado a partir de un material a base de fécula de patata. La botella cuenta con una barrera de base biológica resistente al agua tanto por dentro como por fuera, para preservar el líquido que contiene. Una vez terminado su contenido, sin embargo, la botella biodegradable se puede pelar "en espiral", como cuando (con paciencia) cortamos una manzana, y su material se puede comer, compostar o disolver en agua.

En esencia, el empaque comienza su proceso de descomposición tan pronto como se pela, incluso si el fundador de Tomorrow Machine, Ana Glansen, no revela muchos detalles sobre este proceso. En cualquier caso, el diseñador tiene muchas ganas de dar algunos elementos: en primer lugar, la ausencia absoluta de componentes sintéticos. En segundo lugar, la posibilidad de producir esta botella biodegradable con plantas ya existentes.
Botella de "papa" biodegradable, algunas consideraciones
Encuentro interesante este intento de diseño de materiales que tiene como objetivo "eludir" el sistema de vertedero (que sufre de dificultad para respirar crónica en las plantas de compostaje). En el pasado hemos hablado de otros similares, aunque menos evolucionados. Chico Bruk, parcialmente pelable. O Notpla, a base de algas, todo para comer. Personalmente no me comería la "cáscara" de esta botella biodegradable (o similares) ni bajo tortura, porque antes de llegar a mí podría entrar en contacto con cualquier cosa. Sin embargo, agradezco a los que enjuagan un poco la fruta y luego la comen con la cáscara, tal vez yo sea el problema.
Pero yo compondría este material, sí. Es decir que me resulta muy útil. Por supuesto, como publicista encuentro algo que hacer: por nombrar uno, las etiquetas de los productos. Se trata de embalaje, ¿no? ¿Deberían "grabar" textos y gráficos en la cáscara o encontrar una manera de aplicarlos sin pegamento? Por suerte no es mi problema.
Quizás el principal obstáculo para una botella tan biodegradable sea solo el precio: estoy seguro de que en este momento sería muy alto. Por supuesto, las botellas de PET ciertamente cuestan menos, pero podrían hacernos un daño absurdo, que ni siquiera hemos comenzado a comprender. Al final, el concepto permanece: ¿por qué consumimos productos que tienen una vida útil de unas pocas horas y los cerramos en paquetes que potencialmente duran décadas o siglos?
La bondad de nuestro futuro también se verá en nuestra capacidad para "pelar" esta pregunta.