4,2 años luz. Esta es la distancia que nos separa de Proxima Centauri b, el planeta potencialmente habitable más cercano a la Tierra. Una distancia que hasta ayer parecía insalvable. Hoy, gracias a una innovadora técnica de propulsión, esa frontera podría superarse.
Proxima Centauri b, 8 años del “me gustaría pero no puedo”
La exploración del espacio profundo siempre ha representado uno de los desafíos más ambiciosos para la humanidad. Siguiente Centauri b, descubierto en 2016, estado atrapando durante 8 años la imaginación de científicos y soñadores de todo el mundo. Y la distancia que nos separa de este potencial nuevo mundo siempre ha representado, como es fácil imaginar, un obstáculo aparentemente insuperable.
¿Métodos de propulsión convencionales? Completamente inadecuado para un viaje de esta magnitud. el lo explica bien Christopher Limbach, profesor de la Universidad de Michigan:
Los cohetes convencionales están fuera de discusión: su combustible es demasiado pesado y se quema rápidamente. Demasiado para llevar la sonda a una velocidad siquiera cercana a la necesaria para llegar a Próxima Centauri b.
Esta limitación ha llevado a los investigadores a especular sobre soluciones innovadoras. Entre los motores desarrollados recientemente, llama la atención PROCESO, un revolucionario sistema de propulsión que podría hacer realidad el sueño interestelar.
¿Un gran avance en la propulsión espacial?
PROCESO (Partículo-Radiación Ccoherente Ssinérgico Iinterestelar Misión Aacelerador) representa un notable paso adelante en la tecnología de propulsión por haz. Este innovador sistema combina un rayo de partículas y un rayo láser en un único y potente mecanismo de empuje.
La clave de la eficacia de PROCSIMA reside en su capacidad para superar el problema de la difracción, que siempre ha limitado la eficacia de los sistemas de propulsión de haces a largas distancias. Limbach y su colaborador, el Dr. Ken Hara de la Universidad de Stanford, han desarrollado un método para crear un haz coherente que mantenga su integridad a distancias interestelares.
Próxima Centauri b, los números que prometen cambiar el juego
Las simulaciones realizadas por Limbach y Hara (los enlazare aqui) muestran resultados prometedores:
Los cálculos del Dr. Limbach y su colaborador, el Dr. Ken Hara, ahora profesor en Stanford, muestran que es posible, al menos en teoría, crear un haz coherente que en realidad pueda durar hasta Próxima b, difractándose sólo hacia arriba. a unos 10 metros.
Estos cálculos sugieren que:
- Una sonda de 5 gramos podría alcanzar
10% de la velocidad de la luz, llegando a Próxima Centauri b en solo 43 años. - Una sonda más grande, de aproximadamente 1 kg,
podría hacer el viaje en 57 años.
Estos tiempos de viaje, aunque siguen siendo considerables en términos de vidas humanas, Representan un gran paso adelante en comparación con las capacidades actuales de exploración espacial.
Trabajo aún en progreso
En el camino hacia el ajuste del sistema de propulsión PROCSIMA existen 3 condiciones importantes:
- El desarrollo de fuentes de partículas atómicas frías.
- Mejora de la funcionalidad de los sistemas basados en flujo de partículas.
- La miniaturización de componentes para adaptarlos a las pequeñas dimensiones de las sondas.
El equipo de Limbach está trabajando en estas y otras cuestiones en su laboratorio de la Universidad de Michigan.
Implicaciones para el futuro de la exploración espacial
Si PROCSIMA demostrara su eficacia, las implicaciones serían considerables. Un sistema de propulsión como este haría posible la exploración de Próxima Centauri b, pero también allanaría el camino para misiones a otros sistemas estelares.
Sería el catalizador de una nueva era de descubrimientos científicos, que nos permitiría estudiar de cerca planetas potencialmente habitables fuera de nuestro sistema solar. También podría sentar las bases para futuras misiones tripuladas, aunque quiero destacar esta perspectiva con atención, todavía permanece en el ámbito de la ciencia ficción.
El camino a las estrellas
No importa cuánto tiempo lleve. El entusiasmo y la dedicación de científicos como Limbach y Hara irán transformando poco a poco lo imposible en una realidad concreta.
El viaje a Próxima Centauri b sigue siendo uno de los desafíos más ambiciosos que jamás haya enfrentado la humanidad. Pero con cada paso adelante en la investigación y el desarrollo de tecnologías como PROCSIMA, ese planeta distante se vuelve un poco menos distante. Por primera vez en la historia tenemos ante nosotros unas premisas técnicas sólidas, un camino casi concreto para llegar a las estrellas.