En las frías tierras de la Patagonia argentina, un hallazgo arqueológico podría reescribir los capítulos de nuestra historia con los animales. En una tumba de 1500 años de antigüedad, los científicos han descubierto los restos de un zorro enterrado junto a su compañero humano. Una pista que sugiere una relación de domesticación mucho más antigua de lo que pensábamos.
Un bono de mil años
En el corazón del noroeste argentino, el sitio arqueológico de Cañada seca guarda secretos que se remontan a más de un milenio. Aquí, el equipo de investigación dirigido por Dra. Ophélie Lebrasseur de la Universidad de Oxford ha desenterrado un descubrimiento sorprendente: los restos bien conservados de un hombre y un zorro enterrados juntos.
La ausencia de marcas de matanza en los restos del zorro sugiere que este animal no era una comida, sino un compañero para el individuo enterrado junto a él.
Análisis detallados confirman la domesticación
Los científicos realizaron extensos análisis de ADN antiguo y datación por radiocarbono para confirmar la especie y la edad del zorro. Los estudios del colágeno en los restos del animal revelaron que la dieta del zorro era sorprendentemente similar a la del grupo humano al que pertenecía, un claro indicador de su papel dentro de la comunidad humana.
Todos estos detalles proporcionan evidencia convincente de que los zorros pueden haber sido domesticados y considerados una parte integral de la vida humana, al igual que los perros.
Domesticación del zorro: ¿un fenómeno global?
La evidencia argentina no es la única evidencia que sugiere la domesticación de los zorros por parte de los humanos. Sitios de enterramiento similares en diferentes partes del mundo refuerzan la idea de que en diferentes épocas y en diferentes lugares los zorros fueron, si no los mejores, al menos entre los mejores amigos del hombre.
Por otro lado, si la historia ha visto la domesticación de los lobos que condujo a la evolución de los perros, es posible que también haya ocurrido un proceso similar con los zorros. Incluso si no perduró en el tiempo por razones aún por explorar.
El experimento de domesticación ruso
Se puede encontrar un paralelo interesante en el experimento realizado en Rusia, en el que se criaban zorros rojos salvajes para su mansedumbre. Este estudio produjo, en tan solo unas pocas generaciones, zorros plateados que mostraban rasgos más dóciles, parecidos a los de los perros, con variaciones en el color del pelaje e incluso en la apariencia de sus orejas.
Después de cuarenta años, estos zorros se habían vuelto “dóciles y deseosos de complacer como los perros”, lo que demuestra que los zorros tienen todas las capacidades genéticas necesarias para la domesticación selectiva.
La descubrimiento arqueológico en la Patagonia abre nuevas perspectivas sobre nuestra relación con las especies animales. Sobre todo, resalta cómo nuestra historia compartida puede ser mucho más rica y variada de lo que pensamos. Si continuamos estudiando estas conexiones antiguas, podremos comprender mejor el pasado y, en última instancia, también reflexionar sobre cómo interactuamos con el mundo natural hoy.