Parece que las tensiones entre Estados Unidos y China en el Pacífico Occidental aumentarán aún más. ¿El nuevo frente de batalla? Los planes de Beijing de instalar reactores nucleares flotantes en el Mar de China Meridional, una zona en el centro de disputas territoriales de larga data. Según líderes militares y diplomáticos estadounidenses, estas plantas podrían usarse para alimentar instalaciones militares que China ha construido en islas artificiales en aguas en disputa, una perspectiva que corre el riesgo de socavar la seguridad y la estabilidad regionales. Pero Beijing parece decidido a seguir adelante, incluso en ausencia de normas internacionales que regulen el uso seguro de estas tecnologías.
Centrales nucleares flotantes: el nuevo plan chino que alarma a EE.UU.
Los temores de Estados Unidos sobre las intenciones chinas no son nada nuevo. Ya durante las administraciones de Obama y Triunfo, Washington había expresado su preocupación por los planes de Beijing de desarrollar reactores nucleares flotantes. Sin embargo, hoy, al menos según los funcionarios estadounidenses, China estaría en una etapa avanzada investigación y desarrollo para construir estas instalaciones con fines militares. Una perspectiva que corre el riesgo de exacerbar las tensiones en una zona que ya está en el centro de disputas territoriales y de una creciente asertividad china.
De hecho, el Mar de China Meridional es una zona de crucial importancia estratégica y económica. Un área atravesado por un tercio del comercio marítimo mundial y rico en peces y recursos energéticos. Pero también es un área en el centro de disputas territoriales de larga data entre China y varios países de la región, como Filipinas, Vietnam, Malasia e Brunei. Pekín reivindica la soberanía sobre casi toda la zona, basándose en la llamada "línea de los nueve puntos", una demarcación que, sin embargo, no se refleja en el derecho internacional.
Islas artificiales en el Mar de China Meridional: ¿una amenaza para la estabilidad regional?
En los últimos años, China ha intensificado la construcción de islas artificiales en atolones y arrecifes remotos en el Mar de China Meridional, equipándolos con puertos, pistas de aterrizaje, cuarteles y hangares. A pesar de la promesa del presidente Xi Jinping en 2015 de no militarizar estas islas, Beijing instaló posteriormente baterías de misiles antibuque y antiaéreos, aterrizó aviones y atracó buques de guerra allí, lo que hizo sonar la alarma de Estados Unidos y sus aliados regionales.
Es en este contexto donde encajan los planes de reactores nucleares flotantes. Según el almirante Juan AquilinoSegún el jefe del Comando Indo-Pacífico de Estados Unidos, estas instalaciones tendrían “impactos potenciales en todas las naciones de la región”. Pero las preocupaciones no sólo se refieren a posibles aplicaciones militares. De hecho, muchos expertos y ambientalistas sostienen que las centrales nucleares flotantes presentan vulnerabilidades únicas en comparación con sus contrapartes terrestres, y que un accidente catastrófico podría liberar contaminantes radiactivos al océano, como ocurrió durante El accidente nuclear de Fukushima en Japón en 2011.
Desafíos regulatorios y de seguridad: un vacío por llenar
Una de las principales preocupaciones de los funcionarios estadounidenses es la falta de un marco legal y regulatorio sólido que garantice que estas tecnologías se utilicen de forma segura y transparente. La Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) está tratando de desarrollar estos estándares, pero estados como China y Rusia han ralentizado el proceso, tratando de formular estándares menos estrictos. Un vacío regulatorio que corre el riesgo de dejar el campo abierto a posibles desastres.
El escenario que se plantea es, por tanto, el de un Mar de China Meridional salpicado de centrales nucleares flotantes. Centrales eléctricas potencialmente utilizadas con fines militares en una zona que ya está en el centro de tensiones y disputas. Una perspectiva que, según el embajador de Estados Unidos en Japón Rahm Emanuel, corre el riesgo de poner en peligro una región demasiado valiosa para ponerla en riesgo. Con un tercio del comercio marítimo mundial, el 12% de las capturas mundiales y la presencia de grupos terroristas en la zona, "lo último que querríamos hacer", afirmó Emanuel, "es poner 20 instalaciones nucleares flotantes en medio del Sur". Mar de China”.
Beijing parece decidido a seguir adelante con sus planes, a pesar de las preocupaciones de Washington y la ausencia de estándares internacionales. El riesgo es el de una nueva escalada de tensiones en lo que ahora es el nueva (ojalá) guerra fría. Un escenario que requiere una acción decisiva de la comunidad internacional para llenar vacíos regulatorios y garantizar que el desarrollo de estas tecnologías se produzca en un marco de seguridad, transparencia y respeto al derecho internacional. Sólo así será posible evitar que el Mar Meridional de China se convierta en un nuevo y peligroso campo de batalla entre potencias.