Algunos la llaman “la startup que bombea caca bajo tierra”. Pero para Profundo abovedado, la empresa que acaba de recibir 58,3 millones de dólares de un grupo de inversores liderado por Frontier Climate, esto es más que un simple juego de palabras. Es una misión salvar el planeta transformando desechos orgánicos como estiércol y lodos de depuradora en una solución innovadora para capturar dióxido de carbono. Una apuesta audaz que divide a los expertos pero que, según la startup californiana, podría representar un punto de inflexión en la lucha contra el cambio climático.
¿Caca? ¡Un tesoro escondido!
Sí, has entendido correctamente. Esas cosas malolientes que normalmente intentamos evitar podrían ser la clave para resolver uno de los problemas más apremiantes de nuestro tiempo. Al menos según Vaulted Deep, que ha desarrollado una tecnología para inyectar estiércol, lodos de depuradora y otros residuos orgánicos bajo tierra, atrapando carbono que contienen y evitando que contribuyan al efecto invernadero. Un poco como esconder el polvo debajo de la alfombra, pero a escala global y con un aroma decididamente más intenso.
No se deje engañar por la aparente simplicidad de la idea. Vaulted Deep ciertamente no nació ayer. De hecho, según el director general julia reichelstein, la empresa “nació siendo una adolescente”, gracias a una tecnología madura derivada de la industria petrolera. Básicamente, la startup utiliza las mismas técnicas que se utilizan para deshacerse de los lodos de perforación, esos repugnantes brebajes llenos de metales pesados y materiales radiactivos que quedan después de la extracción de petróleo y gas. Excepto que en lugar de enterrar venenos, Vaulted Deep entierra carbono. La cosa tiene su propia poesía.
Residuos orgánicos, a través de decenas de miles de SUV
Si esto os parece una idea descabellada, amigos, estáis equivocados: al parecer, los grandes nombres de Silicon Valley están de acuerdo. Clima fronterizo (un grupo apoyado por gigantes como Stripe, Alphabet, Meta y Shopify) decidió apostar 58,3 millones de dólares en Vaulted Deep. ¿El objetivo? Secuestrar 152.480 toneladas de CO2 para 2027. Es como sacarte de la calle aproximadamente 36.000 SUV que consumen como aspiradoras, pero sin tener que renunciar al placer de conducir una bestia. Un trato, en definitiva.
Por supuesto, no todo el mundo está convencido de que ésta sea la solución definitiva al cambio climático. El primero, sin embargo, soy yo. Hay quienes se preguntan si realmente es buena idea enterrar "un montón de cosas buenas junto con otras malas que acabarán en un agujero para siempre", como afirma. Brian Roe, profesor de gestión agrícola en la Universidad Estatal de Ohio. Y algunos señalan que el estiércol y otros residuos orgánicos podrían utilizarse de forma más inteligente, por ejemplo como fertilizantes naturales en la agricultura regenerativa. En resumen, la caca es un recurso precioso y no todo el mundo está de acuerdo en que su lugar esté "exiliado" bajo tierra.
Omar Abou-Sayed, presidente ejecutivo de Vaulted Deep, no tiene dudas. Para él, esta tecnología representa el futuro de la captura de carbono, gracias a su escalabilidad y costos relativamente bajos. "No es necesario que ocurra ninguna magia tecnológica", afirma. "No es un experimento de feria de ciencias". En resumen, mientras otros se devanan los sesos sobre cómo filtrar el CO2 del aire o del agua, Vaulted Deep se prepara para enterrar montañas de excremento. Y quién sabe, tal vez algún día agradezcamos a este "recurso" por salvarnos del desastre climático. O tal vez terminemos todos metidos en caca hasta el cuello. El tiempo dirá.