12 meses después de presentar su revolucionario sistema de entrega Platform 2, Zipline perfeccionó la idea del Droid. Un dispositivo capaz de llevar paquetes de forma autónoma a una zona de entrega de apenas un metro de diámetro mientras el dron principal permanece suspendido a cientos de metros en el aire.
Lo que a primera vista podría parecer una solución innecesariamente compleja, podría convertirse en un punto de inflexión para resolver los problemas más difíciles de las entregas de precisión en entornos urbanos.
Reto (aparentemente) imposible
Cuando tirolesa presentó la Plataforma 2 Hace aproximadamente un año, muchos miraban el sistema Droid con escepticismo. ¿Por qué complicar las cosas con un dispositivo adicional cuando otras soluciones simplemente bajan los paquetes directamente con todo el dron? Pero el equipo de Zipline sabía que las apariencias engañan. "Queríamos crear no sólo la mejor experiencia de entrega de paquetes con drones, sino la mejor experiencia de entrega en general", explica Keenan Wyrobek, cofundador y CTO de Zipline.
El desafío era doble: garantizar entregas precisas en espacios reducidos e integrar el sistema en edificios existentes, algo que la Plataforma 1 no pudo hacer. Las soluciones existentes, como simplemente dejar caer paquetes desde un dron, han resultado insuficientes. “Tan pronto como intentábamos bajar una caja con un cabrestante, el viento empezaba a moverla por todas partes”, recuerda Zoltan László, liderando el proyecto Plataforma 2. Estaba claro que se necesitaba un enfoque diferente.
¿Gerente de la oficina de paquetería? ¡Viva la foca!
Este título es una regurgitación de los años 70 y 80 pero tiene sentido, y ahora lo descubrirás. Porque la solución para Zipline llegó en forma de un dispositivo autónomo equipado con propulsores y sensores, capaz de compensar el viento y descender hacia el punto de entrega con precisión quirúrgica. Pero, ¿cómo hacer que este dispositivo sea aceptable y no intimidante para la gente? Cuestión de diseño.
"Queríamos algo que la gente pudiera reconocer como accesible y adorable, incluso sin pensarlo", explica Gregoire Vandenbussche, diseñador industrial en Zipline. La inspiración provino de los mamíferos marinos, con su simplicidad de forma y optimización del rendimiento. ¿El resultado? Un dispositivo que se asemeja a una cría de foca, con forma redondeada y apariencia amigable.
Es mas fácil
En resumen, la verdadera genialidad del sistema Droid reside en la forma en que simplifica problemas aparentemente complejos. Sostener el dron principal sobre su cabeza y confiar la entrega al Droid más pequeño reduce el consumo de energía y el tiempo de entrega, pero también facilita el control del dispositivo y la detección de su entorno.
“Desde fuera puede parecer un sistema más complejo, pero simplifica mucho los problemas más difíciles”, explica Wyrobek. Una filosofía que se refleja en todos los aspectos del diseño del Droid, desde los propulsores optimizados para gestionar el viento hasta la inteligencia a bordo que le permite encontrar el punto de entrega con total autonomía.
Un futuro de entregas de paquetes precisas y sostenibles
Después de mucho tiempo y esfuerzo, Droid está a punto de hacerse realidad. Zipline se ha asociado para entregas residenciales a consumidores a partir de finales de este año, cubriendo todo, desde recetas hasta alimentos.
El Droid es un paso hacia un futuro en el que las entregas de paquetes sean más precisas, más eficientes y más sostenibles. Un futuro en el que un dispositivo del tamaño de una cría de foca puede marcar la diferencia entre un parto exitoso y uno fallido.
No puedo evitar sorprenderme, pero debería estar acostumbrado: a veces, las soluciones más innovadoras se encuentran mirando el mundo desde una perspectiva diferente. Aunque esta perspectiva proviene de cientos de metros de altura y está suspendida de un hilo.