Un nuevo viento sopla por las calles de París. Un viento que huele a libertad, aire limpio y futuro sostenible. Es el viento de la revolución ciclista el que, durante el último año, ha transformado la Ville Lumière en una ciudad amiga de las bicicletas. Así lo reveló una investigación del diario Le Monde, que dibuja un retrato fascinante de esta metamorfosis urbana debida al Plan Vélo, el piano buscado por el alcalde Anne Hidalgoy otras iniciativas.
Carriles bici que se multiplican, ciclistas que invaden las calles, una comunidad que pedalea unida hacia un horizonte más verde. París está adoptando el ciclismo como nunca antes y los resultados están a la vista de todos.
Los números hablan por si mismos
Entre octubre de 2022 y octubre de 2023, el número de ciclistas en las calles parisinas se duplicó. Un aumento extraordinario que demuestra que la bicicleta es hoy mucho más que una moda pasajera. Como señala el teniente de alcalde (de los Verdes) David Belliard, la bicicleta se ha convertido en una parte integral de la identidad misma de París. A pesar de los desafíos que plantea el mal tiempo, los ciclistas continúan abarrotando las calles, estableciendo nuevos récords de asistencia y rediseñando el paisaje urbano.
Detrás de estos éxitos, como mencioné, hay 10 años de inversiones específicas y políticas con visión de futuro. Todo comenzó en 2015, cuando la alcaldesa Anne Hidalgo lanzó el plan ciclista de París, Plan Vélo, asignando 150 millones de euros para duplicar el número de carriles bici y crear una masa crítica de infraestructura. Un compromiso que no acabó ahí, sino que continuó con más inversiones (y golpes, por ejemplo) en SUV) para llenar los vacíos y hacer de París una “ciudad 100% ciclista”.
Plan Vélo, desde París (ojalá) aún más lejos)
Los resultados de la “visión parisina” se pueden ver no sólo en la capital, sino en toda Francia. Ya se está realizando una enorme inversión de 2 millones de euros para promover la bicicleta en todo el país durante los próximos cuatro años. Una señal de que la revolución de los pedales no está destinada a detenerse, sino a extenderse ampliamente.
Por supuesto, todavía queda un largo camino por recorrer. Pero París está demostrando que un cambio de paradigma es posible si tenemos el coraje de invertir en infraestructura de calidad y promover activamente la movilidad sostenible. Con cada nuevo kilómetro de carril bici y cada nueva bicicleta que surca sus calles, los transalpinos están escribiendo historia, pedaleando a la vez.