Nos estamos preparando para poner fin a un 2023 que ha mostrado mucha fibrilación en la dinámica de poder global, y entre las señales de este año definitivamente destaca el importante acercamiento entre Rusia y China.
Las naciones lideradas por Vladimir Putin y Xi Jinping están fortaleciendo sus vínculos, impulsadas por un objetivo común: contrarrestar la supremacía de Estados Unidos. Esta creciente cooperación, que incluye ejercicios militares conjuntos y el desarrollo de armas avanzadas, marca un posible punto de inflexión en la historia militar moderna.
El contexto histórico de la competencia militar
No es un misterio. El colapso de la Unión Soviética en 1991 dejó a Estados Unidos como la única superpotencia militar del mundo, con fuerzas desplegadas en todo el mundo en defensa de los aliados y con fines de disuasión.
Ahora la situación podría sufrir un cambio dramático. No por la dinámica de un conflicto, el ucraniano, que evoluciona hacia el desgaste, sino por el acercamiento militar entre Rusia y China. Sin duda "favorecido" de alguna manera también por las opciones estratégicas de Estados Unidos y Europa y combinado con los crecientes intereses geopolíticos en conflicto, este eje "reforzado" pretende redefinir el orden mundial. ¿Lo logrará?
La estrategia de cooperación Rusia-China
Las recientes medidas de Rusia y China indican una sincronización progresiva de sus recursos militares. Ejercicios navales conjuntos en el Mar de Japón. El transferencia de tecnologías submarinas hacia el este. Las declaraciones de Putin sobre la cooperación en desarrollo de armas de alta tecnología. Todos elementos que subrayan esta tendencia.
Por si fuera poco, destacamos (más que nada, recordemos) la venta de aviones Su-25, helicópteros MI-17 y sistemas de defensa aérea S-400 de Rusia a China. No se necesitan más pruebas de su intención de intensificar la colaboración militar.
¿Qué implica el fortalecimiento del eje Rusia-China?
La posibilidad de una alianza militar en toda regla entre Rusia y China representa un desafío sin precedentes para Occidente. Durante la Guerra Fría, el Pentágono planeó poder librar una guerra importante y dos guerras menores simultáneamente.
Ahora, con la nueva realidad geopolítica, Estados Unidos debe reconsiderar su estrategia de defensa. Necesitamos trabajar en los frentes de la OTAN y la Unión Europea si es necesario. un conflicto simultáneo con Rusia y China.
Las alianzas globales de Estados Unidos desempeñan un papel fundamental en su capacidad para contrarrestar la amenaza que plantean las superpotencias rivales. En particular, los países europeos necesitan fortalecer urgentemente su capacidad militar. Esta es la razón por la que compartir la carga entre los aliados europeos es crucial para abordar las consecuencias de la "coordinación" geopolítica entre Rusia y China destacada por situación en Ucrania.
Perspectivas y desafíos futuros
A pesar de la creciente colaboración, algunos expertos siguen siendo escépticos sobre la estabilidad de una alianza Rusia-China, citando tensiones históricas y el deseo de China de mantener fuertes vínculos con los mercados occidentales. Sin embargo, la posibilidad de un pacto militar entre los dos líderes autoritarios es una eventualidad que nadie puede permitirse ignorar o siquiera subestimar.
El ascenso de este eje, junto a la ampliación de los países BRICS, es un posible punto de inflexión crítico en la geopolítica mundial. Esta posible alianza podría reescribir las reglas del juego en materia de seguridad global y cambiar el equilibrio de poder en todo el planeta.