En el mundo de la ciencia biomédica, un descubrimiento extraordinario está redefiniendo los límites entre lo orgánico y lo mecánico. Los biólogos de Universidad Tufts han creado entidades 'robóticas' a partir de células humanas, rebautizadas como 'antrobots' (Voy a vincular la búsqueda aquí)'. Estas estructuras multicelulares no sólo son capaces de moverse de forma autónoma en un líquido gracias a cilios compuestos de proteínas, sino que también han demostrado una capacidad sorprendente: favorecer la curación de heridas en otros tejidos humanos. Esta innovación abre un nuevo capítulo en el uso de la biotecnología para aplicaciones médicas avanzadas y potencialmente revolucionarias.
La génesis de los antropobots
Los antropobots fueron desarrollados por un biólogo Michael Levin y su equipo. Estos organoides, formados por células humanas (obtenidas de la tráquea), se autoensamblan en estructuras multicelulares. Su movimiento es posible gracias a la presencia de cilios proteicos especiales, que se balancean y empujan las estructuras a través del líquido. La capacidad de movimiento coordinado de las pestañas es fundamental para su movilidad. Las células extraídas del tejido pulmonar humano adulto tienen naturalmente "cilias" para el transporte de moco.
El concepto básico no es nuevo: en 2020, Levin ya había experimentado con éxito creando “xenobots” utilizando células de rana. Hablamos de ello en este artículo. Hoy en día, el uso de células humanas en el antropobot representa un salto significativo en términos de aplicaciones médicas y biotecnológicas.
Potencial en medicina regenerativa
Lo que distingue a los antropobots de otros experimentos similares es su aparente capacidad para inducir la curación en otros tejidos a lo largo de su "vida" de dos meses (hasta ahora la duración más larga lograda). Durante las pruebas, cuando estos organoides se colocaron sobre capas de células neuronales humanas dañadas, se observó un efecto regenerativo. Esta capacidad “cicatrizante” abre el camino a nuevas metodologías en el tratamiento de heridas y regeneración de tejidos.
La producción de estos organoides, sin embargo, no se limitó únicamente al ensamblaje de células humanas. El equipo tuvo que "echar una mano" con la adición de Matrigel, un gel proteico que actuaba como "pegamento" entre las células sin dañar las propias estructuras.
Un cambio de perspectiva
Michael Levin sostiene que estos grupos de células deberían considerarse entidades por derecho propio, con formas y comportamientos específicos. En lugar de verlos simplemente como tejidos a estudiar, los antropobots pueden usarse como plataformas biorrobóticas, modificando sistemáticamente sus características para lograr comportamientos útiles, como reparar tejido dañado. Los antropobots revelan la gran versatilidad de las células humanas, demostrando que pueden construir no sólo tejidos y órganos de nuestro cuerpo, sino también estructuras completamente diferentes que la propia naturaleza nunca ha generado. Esta plasticidad en células y tejidos para desarrollar diferentes tipos de estructuras abre nuevas perspectivas en la investigación biomédica y la medicina regenerativa.
Controversias y el futuro
No todos en la comunidad científica están convencidos del valor de estos descubrimientos. Algunos investigadores, como Jamie Davies de la Universidad de Edimburgo, se muestran escépticos sobre la definición de estos agregados como “robots”. Sin embargo, la innegable funcionalidad biológica demostrada por los antropobots, particularmente en su efecto sobre los tejidos neuronales dañados, sugiere un potencial aún inexplorado.
En resumen, los antropobots representan un ejemplo excepcional de cómo las fronteras de la biología, la tecnología y la medicina se superponen de maneras cada vez más innovadoras y sorprendentes. Si se confirman y desarrollan más sus capacidades curativas y regenerativas, podríamos asistir a una auténtica revolución en el cuidado de heridas y la regeneración de tejidos, abriendo nuevos horizontes en la medicina del futuro.