En el país que tiene el mayor número de sitios incluidos en la lista del patrimonio mundial de la UNESCO, pronto podríamos encontrarnos ante otra potencial obra maestra (quizás): la introducción del salario mínimo. Un "gran trabajo" en todos los sentidos, considerando los altibajos, las tensiones y los desafíos de implementación.
Sí, porque el factura reciente sobre el salario mínimo ha puesto de relieve una cuestión que divide y une al mismo tiempo: algunos lo ven como un paso adelante hacia la justicia económica (y recoger firmas), otros temen que pueda ser una nota amarga en una economía ya compleja. ¿Puede sernos útil la opinión de un experto?
El contexto europeo e Italia: una excepción en evolución
Europa siempre ha tenido una historia de integración y colaboración, pero cuando se trata del salario mínimo, como dice el coro de la Oda a la Alegría de Friedrich von Schiller, Italia es uno de los que se mantiene firme. De hecho, entre los 27 países de la Unión Europea, sólo seis (incluida Italia) aún no han adoptado un salario mínimo.
Alessandro Raguseo, CEO y cofundador de Contrarrestar*, empresa líder en el sector de recursos humanos, nos ofrece una visión equilibrada de la situación. Que parte de una posición clara, pero con consecuencias aún no definidas. "La introducción del salario mínimo en Italia es inevitable", afirma, "pero hay muchos matices que considerar". Y tiene razón.


Salario mínimo, favor y en contra
La propuesta de un salario mínimo de 9 euros por hora puede parecer atractiva, pero Italia tiene una tradición de salarios mensuales en lugar de por horas. Esta discrepancia podría generar confusión y complicaciones.
Y luego está la cuestión de los convenios colectivos nacionales. Con más de 900 contratos diferentes, Italia se pierde en un verdadero laberinto de normas y reglamentos. "Cada contrato tiene sus peculiaridades, desde vacaciones hasta permisos, pasando por pagos mensuales", explica Raguseo. Esta diversidad dificulta el establecimiento de un salario mínimo uniforme. Y no olvidemos las diferentes formas de bienestar corporativo. ¿Cómo equilibraría estos beneficios con un salario mínimo?
Un final por escribir
Introducir el salario mínimo prematuramente podría generar una serie de desafíos, desde reducir la flexibilidad del mercado laboral hasta aumentar los costos para las empresas. Pero Raguseo señala que también existen oportunidades. “Necesitamos empezar a discutir este tema, sensibilizar a la población y pensar cómo hacer realidad esta propuesta”, afirma.
Como ocurre con toda gran obra aún no terminada, la conclusión sigue abierta. La introducción del salario mínimo en Italia es una cuestión que requiere reflexión, debate y acción. ¿Qué piensa usted al respecto? No olvides hacérnoslo saber en todos los canales sociales de Futuro Prossimo.
Fundada en 2017 por Alessandro Raguseo e Daniele Bacchi, Marcha atrás hoy cuenta con 120 empleados y oficinas en Italia, Francia, Alemania y España. Con una combinación de enfoque científico y toque humano, la empresa se ha convertido en muy poco tiempo en líder en Recursos Humanos logrando numerosos reconocimientos, incluida la certificación. Gran Lugar para Trabajar y el premio Excelente lugar de trabajo para mujeres.