2020 y la pandemia han transformado nuestros hogares en oficinas improvisadas, empujándonos a muchos de nosotros a reflexionar sobre el significado mismo de "trabajo". Pero más allá de los desafíos personales y profesionales, ha habido una sorprendente revolución verde. Los cierres de oficinas y la transición al teletrabajo han tenido un impacto significativo en las emisiones globales.
Nos costó encontrar un rincón tranquilo en casa o adaptarnos a nuevas rutinas, el planeta respiraba un poco más libremente: echemos un vistazo, datos en mano.
La ciencia detrás de los números
Un estudio publicado recientemente en la revista Actas de la Academia Nacional de Ciencias (lo enlazo aqui) arrojan luz sobre este fenómeno. Los investigadores de Microsoft e Cornell University analizó datos relacionados con los hábitos de los empleados de Microsoft en Estados Unidos, considerando diversos factores como el uso de la tecnología de comunicación, los viajes por trabajo y la energía utilizada en la oficina y en el hogar.
Y los resultados fueron esclarecedores. Los teletrabajadores tenían una huella de carbono 54% menos que los compañeros que trabajaban en la oficina. Incluso los trabajadores híbridos, que trabajaban desde casa de 2 a 4 días a la semana, podrían reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 11 y un 29%.
La verdadera causa de las emisiones.
¿Pero de dónde vienen estas emisiones? Sorprendentemente, la energía utilizada en las oficinas fue la principal culpable. Sin la necesidad de calentar, enfriar y suministrar energía a grandes espacios durante todo el día, las emisiones se han reducido drásticamente. Pero hay más. Sin la necesidad de desplazarse al trabajo todos los días, las emisiones relacionadas con el transporte también han disminuido. Ya es inútil hablar siquiera de productividad: se ha entendido que la "guerra" de las élites contra el trabajo a distancia no depende de esto.
Eso sí, no todo lo que reluce es oro. Los investigadores observaron que algunas fuentes de emisiones aumentaron para algunos teletrabajadores que realizaron cambios en su estilo de vida. Por ejemplo, aunque no viajaban al trabajo, muchos hacían viajes más frecuentes para visitar a familiares y amigos o para actividades recreativas. Este es un aspecto que definitivamente necesita ser explorado más a fondo para tener una imagen verdaderamente confiable de los cambios provocados por el trabajo remoto.
Más allá de las emisiones: los beneficios sociales del trabajo remoto
Como anticipa el título de este párrafo, las emisiones son sólo una parte de la historia. El teletrabajo ha tenido otros efectos positivos de diferente naturaleza, en particular para las personas con discapacidad. Sin necesidad de desplazarse físicamente a una oficina, un número récord de personas con discapacidad encontraron empleo en 2022, según datos facilitados por la Bureau of Labor Statistics.
Si se organiza correctamente y se armoniza con los momentos presenciales, el trabajo remoto puede ofrecer una solución ganadora para los trabajadores, las empresas y el planeta. Como ocurre con todas las soluciones, es fundamental encontrar un equilibrio que funcione para todos. Es posible que descubramos que la respuesta a muchos de nuestros desafíos actuales (incluida la reducción de las emisiones contaminantes) no radica en nuevos inventos brillantes, sino en nuevas formas de pensar y adaptarse al cambio. Quizás, al igual que el trabajo remoto, las mejores soluciones sean las que ya teníamos ante nuestros ojos.