Cuando pensamos en la contaminación por mercurio, nuestra mente inmediatamente se dirige a las actividades industriales y al uso de combustibles fósiles. No es sólo esto. Un equipo de investigadores del MIT ha descubierto un vínculo sorprendente entre la deforestación y el aumento de las emisiones de mercurio, abriendo nuevas perspectivas en la lucha contra este insidioso contaminante ambiental.
Una contribución significativa a las emisiones globales
El estudio, publicado en Ciencia y Tecnología Ambientales (lo enlazo aqui) es elocuente. Revela que aproximadamente el 10% de las emisiones antropogénicas de mercurio se deben a la deforestación global. Un hecho particularmente alarmante si consideramos que la deforestación Hasta ahora no se ha incluido entre las principales fuentes de contaminación por mercurio.
Los investigadores rastrearon el camino de la sustancia desde sus fuentes de emisión hasta sus lugares de deposición, principalmente a través de la precipitación o la absorción por los ecosistemas forestales. Los resultados muestran que la vegetación, en particular la selva amazónica, también juega un papel crucial en la absorción de mercurio de la atmósfera.
La importancia de los bosques como sumideros de mercurio
Las hojas de las plantas absorben el mercurio de la atmósfera de forma similar a como absorben el dióxido de carbono. Sin embargo, a diferencia del dióxido de carbono, el mercurio no desempeña una función biológica esencial para las plantas. Permanece principalmente dentro de las hojas hasta que caen al suelo del bosque, donde es absorbido.
Este proceso de secuestro por parte de los bosques es vital para reducir la cantidad de metilmercurio tóxico en los océanos. Cuando el mercurio llega a los cuerpos de agua, los microorganismos pueden transformarlo en metilmercurio y bioacumularlo a lo largo de la cadena alimentaria, lo que genera niveles peligrosos de esta potente neurotoxina en el pescado que luego es consumido por los humanos.
La urgencia de abordar la deforestación
A la luz de estos hallazgos, queda claro que la lucha contra la deforestación debe ser un componente esencial de los esfuerzos globales para reducir la contaminación por mercurio. Los investigadores hacen la fácil predicción de que si el ritmo actual de deforestación se mantiene sin cambios o se acelera, las emisiones netas de esta sustancia seguirán aumentando.
En particular, la selva amazónica contribuye aproximadamente con el 30% de la absorción global por las tierras emergidas. Por lo tanto, frenar la deforestación en el Amazonas podría tener un impacto sustancial en la reducción de la contaminación por mercurio a nivel mundial.
Reforestación: parte de la solución antimercurio, pero no suficiente
Como ocurre con el CO2, pocas ilusiones: reforestar no nos salvará. No es suficiente. Por supuesto, los autores del estudio estiman que los esfuerzos de reforestación a escala global podría aumentar la absorción anual de mercurio en aproximadamente un 5%. Si bien se trata de una contribución significativa, los investigadores enfatizan que la reforestación por sí sola no puede reemplazar los esfuerzos globales de control de la contaminación.
Necesitamos un enfoque integrado que incluya tanto la protección de los bosques existentes como la reducción de las emisiones de mercurio de fuentes industriales. Sólo mediante una acción coordinada en múltiples frentes será posible abordar eficazmente esta amenaza ambiental y para la salud.