Un informe reciente del Departamento de Agricultura de EE. UU. (lo enlazo aqui) reveló datos preocupantes sobre el futuro de los bosques estadounidenses. Según las predicciones, para 2070 estos bosques, que durante siglos han actuado como sumideros de carbono, podrían revertir su papel, liberando a la atmósfera más carbono del que almacenan.
Este cambio representa no sólo una amenaza al equilibrio ecológico, sino también un desafío importante para los esfuerzos globales de mitigación del cambio climático.
El delicado equilibrio del carbono
Los bosques siempre han desempeñado un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio de carbono en la Tierra. Funcionan como "grifos" que absorben el exceso de carbono y como "depósitos" que lo almacenan. Sin embargo, este equilibrio está cambiando.
Excluyendo los de Alaska, es posible que los bosques estadounidenses ya no absorban 150 millones de toneladas métricas de carbono por año dentro de unas pocas décadas. Para ponerlo en perspectiva, equivaldría a abrir 40 nuevas plantas de carbón, pero en realidad es mucho peor que eso en muchos sentidos.
Los bosques estadounidenses, un ciclo interrumpido
Para comprender cómo un bosque puede pasar de ser un sumidero de carbono a un emisor de carbono, debemos examinar el ciclo de vida de un bosque saludable. En un bosque equilibrado, los árboles nuevos crecen, maduran y eventualmente dan paso a un nuevo crecimiento. Pero en América del Norte no se están plantando suficientes árboles jóvenes. Los bosques “maduros” están superando a los jóvenes, que también son más vulnerables a los efectos del cambio climático como incendios, sequías o tormentas.
Los árboles jóvenes absorben carbono rápidamente para crecer, mientras que los árboles más viejos, aunque contienen más carbono, ven que su crecimiento se ralentiza después de alcanzar cierto tamaño. Con esta tendencia, los bosques estadounidenses absorberán menos carbono cada año.
Forests USA, la solución no es tan simple
Plantar nuevos bosques puede parecer la solución obvia, pero en el mundo moderno todo se vuelve complicado: el espacio es limitado y, a menudo, los intereses industriales se lo disputan.
Y también hay propuestas, quizás por "desesperación" o quizás no, que son surrealistas: algunos científicos han sugerido eliminar bosques viejos para dejar espacio a los jóvenes. Una idea asombrosa, obsoleta y nociva, afortunadamente estigmatizada por los propios expertos. Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA). Los bosques viejos pueden seguir secuestrando carbono a tasas que superan con creces las de los bosques más jóvenes.
El valor inestimable de los bosques maduros
Los bosques maduros no son sólo sumideros de carbono. Proporcionan servicios ecosistémicos esenciales, como el ciclo global de nutrientes, previenen la erosión, aumentan la calidad del agua y el aire, estabilizan las condiciones climáticas locales y proporcionan hábitat para la vida silvestre.
Y no nos olvidemos de los polinizadores, en los que se basan nuestros cultivos. El mero hecho de poder pensar en cortarlos da una idea de lo esclerótico que está el debate en Estados Unidos. Es el equivalente a proponer armas a los profesores para combatir los tiroteos en las escuelas.
Si Estados Unidos realmente quiere alcanzar su objetivo de cero emisiones netas para 2050, tendrá que eliminar de la atmósfera tanto carbono como el que emite. Hacerlo sin la ayuda de sus bosques será un desafío enorme, especialmente si se convierten en un obstáculo en lugar de un aliado.