Un viaje de 46.000 años, no a través del espacio, sino a través del tiempo, todo gracias al poder del frío. Esta es la historia de los gusanos redondos siberianos que, después de un largo sueño helado, volvieron a la vida. Este descubrimiento planteó una pregunta fundamental: si estos pequeños organismos pueden volver a la vida después de milenios, ¿podremos algún día hacer lo mismo con los humanos? La criónica, que alguna vez fue tema de novelas de ciencia ficción, podría convertirse en una realidad tangible. Pero no fantaseemos aquí: exploremos las realidades y los desafíos de cada investigación. También esto.
Criónica: viaje en el tiempo a través del hielo
La mayoría de nosotros pensamos en la congelación como una forma de conservar los alimentos, pero la naturaleza ha demostrado que puede ser un medio para preservar la vida misma.
En lo profundo del corazón de Siberia, los científicos han hecho un descubrimiento sorprendente. Encontraron nematodos que habían estado congelados durante 46.000 años. Estos antiguos organismos fueron descubiertos en un nido de ardillas congelado en 2018. Pero, ¿cómo sobrevivieron durante tanto tiempo?
El arte de la anabiosis
La anabiosis es un proceso mediante el cual algunos organismos pueden detener casi por completo su metabolismo cuando se los coloca en ambientes inadecuados. Este estado de “suspensión” les permite sobrevivir en condiciones extremas.
Si las condiciones vuelven a ser favorables, como cuando los nematodos se colocan en agua, pueden “reiniciar” y volver a la vida.
¿Podemos hacerlo también? El desafío de la criónica
Valeria UdalovaCEO KrioRus, empresa activa en el campo de la criónica, compartió algunas reflexiones sobre esta cuestión. Según Udalova, es necesario que los seres humanos pasen por procedimientos extremadamente complejos para entrar en un estado similar al de la anabiosis, porque evidentemente no poseen esta capacidad. A diferencia de las ranas, los nematodos y otros seres vivos.
La criónica incluye hoy procedimientos verdaderamente radicales, como la sustitución de la sangre por soluciones crioprotectoras, para proteger células y tejidos. Radical hasta el punto de no poder “pasar la aduana”, para reducir costos y convertirse en una práctica generalizada (aunque solo sea una alternativa al entierro tradicional).
Un camino helado hacia la “resurrección”
La criónica no se trata sólo de congelar. El verdadero obstáculo es el despertar. Los agentes crioprotectores que se utilizan actualmente tienen efectos “tóxicos” en el cerebro y otras partes del cuerpo, por un lado.
Udalova cree que se necesitarán avances significativos en medicina e ingeniería de tejidos para despertar a los humanos. Un progreso que, según él, podría producirse en los próximos 50 a 70 años. Hace menos de un año estimamos 300 años: ¿Consideramos esto un paso adelante?
El dilema de la criónica: el destino de los pioneros congelados
En este punto, dada la estimación de los expertos sobre un progreso decisivo en la criónica (que podría ocurrir dentro de 50 a 70 años), surge una pregunta crucial: ¿qué pasará con las personas que ya han decidido congelarse, esperando una segunda oportunidad de ¿vida?
Cualquiera que haya elegido congelar su cuerpo después de la muerte hasta hoy es un auténtico pionero. Ha hecho una apuesta por el futuro, esperando que la ciencia y la tecnología avancen lo suficiente como para despertarlo a un mundo nuevo. Pero si todavía estamos lejos de un progreso decisivo, ¿cuáles son las posibilidades reales de estas personas?
Desafíos técnicos y éticos
Uno de los principales obstáculos de la criogénesis es el daño celular causado por la congelación y descongelación. Aunque los métodos de criopreservación actuales utilizan soluciones crioprotectoras para minimizar este daño, no son perfectos. A medida que pasa el tiempo, aumenta el riesgo de daños acumulados.
Y más allá de los desafíos técnicos, también hay cuestiones éticas que considerar. Si pudieran despertar a estas personas, ¿en qué clase de mundo despertarían? ¿Tendrían derechos legales y sociales? ¿Y cómo afrontarían el trauma de despertar en una era completamente diferente a la suya?
No tenemos nada más que fe y perseverancia. La medicina, la biotecnología y el estudio de la mente avanzan a un ritmo vertiginoso. También pueden surgir nuevas técnicas para reparar o reemplazar el tejido dañado. La nanotecnología, por ejemplo, podría ofrecer soluciones para reparar daños a nivel molecular (estudios sobre nanocalentamiento son muy interesantes). Además, la ingeniería de tejidos podría permitir la creación de órganos artificiales para sustituir los dañados. En otras palabras, quienes hoy han elegido la criónica tienen un camino cuesta arriba, pero aún podrían tener una oportunidad.
Más allá de la muerte: una nueva frontera
Si la criónica tiene éxito, podría convertirse en una especie de “alternativa” a la muerte. Imaginemos un mundo en el que las personas con enfermedades terminales pudieran ser puestas en “espera” hasta que se encuentre una cura. Una perspectiva que tiene profundas implicaciones filosóficas, éticas y médicas.
En resumen, la criogénesis sigue siendo un campo de investigación en evolución: y por "radical" que sea, los descubrimientos recientes ofrecen una visión posible: tal vez algún día la congelación no sea sólo una forma de conservar alimentos, sino también una "máquina de procesamiento". " hacia el futuro.
Mantengamos también fresca esta esperanza.