Ámsterdam ha decidido abordar la contaminación acústica, uno de los problemas más subestimados de las metrópolis modernas, y ha decidido hacerlo de una forma innovadora y un tanto distópica. Imagínese conduciendo por sus pintorescas calles, con sus canales y casas históricas, cuando de repente un cartel le advierte: “Te luid” – “Demasiado ruidoso”.
Sí, lo leíste correctamente. La ciudad está probando un sistema que no sólo advierte a los conductores ruidosos, sino que también está en el proceso de implementar "cámaras de ruido" que, al igual que las de los radares de tráfico, emiten multas automáticamente a los infractores. ¿Cómo funciona exactamente? ¿Cuáles son las consecuencias para los residentes y visitantes de la ciudad?
La contaminación acústica: un enemigo silencioso
La contaminación acústica ha sido durante mucho tiempo un problema en las grandes ciudades. El ruido incesante de los coches, motos y las actividades cotidianas puede tener efectos adversos en la salud y el bienestar humanos. La Unión Europea lo ha declarado un enemigo al que hay que combatir en su propio territorio último plan ambiental.
Ámsterdam inició el pasado viernes un experimento con señales electrónicas en dos puntos estratégicos de la ciudad, que avisan a los conductores si su vehículo produce demasiado ruido. La novedad radica en la introducción de las “cámaras de ruido” de las que os hablé antes. ¿Hay un pequeño paso del "gran ojo" al "gran oído"?
Claramente, si el modelo resulta efectivo, también podría adoptarse en otras grandes ciudades: Rotterdam ya está realizando un experimento similar.
¿Cómo funciona?
El sistema es bastante sencillo. Una estación de medición de ruido detecta el nivel de decibeles producido por los vehículos que pasan. Si el nivel supera un determinado umbral, una señal un poco más adelante avisa al conductor con el mensaje “Te luid”. La cámara de ruido consta de una caja que contiene cuatro micrófonos que pueden detectar exactamente de dónde proviene un sonido. Esta caja está conectada a un radar, que toma una fotografía de la matrícula para imponer una multa: la multa esperada es de 280 euros.
Pero la cosa no acaba ahí: esta iniciativa forma parte de un enfoque más amplio para reducir la contaminación acústica. El portavoz de la Ayuntamiento de Ámsterdam Dijo que el objetivo principal de estas señales es concienciar a los conductores sobre el ruido que hacen sus vehículos y animarlos a hacer algo al respecto.
¿La certificación de esta tecnología supondrá un paso adelante hacia ciudades menos ruidosas? Mientras tanto, citando el viejo lema de la guerra, “¡cállate! El enemigo te escucha… ¡Y te multa!”