Piensa en un futuro en el que las terribles superbacterias, esas tercas que se resisten a los antibióticos, incluso a los más potentes, sean finalmente domesticadas. Un mundo en el que una simple infección urinaria no requiera hospitalización y largas administraciones intravenosas. Podría ser una realidad al alcance de la mano gracias a un equipo de investigación de Nueva Zelanda dirigido por el Dr. vendaval pozoclaro.
El equipo de AgResearch en Nueva Zelanda ha demostrado la eficacia antimicrobiana de una combinación de dos longitudes de onda de luz contra una superbacteria conocida. el. coli productoras de betalactamasas de espectro extendido (ESBL-Ec) resistentes a los antibióticos.
Resistencia a los antibióticos: una amenaza mundial
El fenómeno de la resistencia a los antibióticos es un peligro en constante crecimiento, que amenaza cada vez más la salud humana y animal. Se estima que para 2050 provocará la dramática cifra de 10 millones de muertes al año.
“Existe una necesidad absoluta de desarrollar tecnologías antimicrobianas seguras y eficaces que no generen nuevas resistencias”, explica amanda garner, autor correspondiente del estudio publicado en el Revista de Microbiología Aplicada (lo enlazo aqui).
Luz UVC y LED azul: cuidado con esos dos
Al combinar las fuerzas de la luz UVC lejana (222 nm) y la luz LED azul (405 nm), los científicos han encontrado una manera de eliminar una serie de microorganismos. Esta combinación es mucho más segura de usar y manejar que la luz UVC tradicional de 254 nm.
EL. coli elegido para esta investigación produce enzimas que destruyen los antibióticos de uso común, lo que hace que estos medicamentos sean ineficaces para tratar infecciones. Esta resistencia a los antibióticos reduce nuestras opciones disponibles para tratar infecciones de este tipo y potencialmente nos deja indefensos.
¿Dos luces de esperanza para el futuro?
Cuando la luz UVC lejana y la luz LED azul unen sus fuerzas, su poder combinado se convierte en una auténtica pesadilla para los microorganismos, gracias a diferentes mecanismos de inactivación. "Existe un gran potencial para que estas dos longitudes de onda de luz se utilicen juntas en muchas aplicaciones donde la seguridad del usuario final es de suma importancia", afirma Gardner.
Se necesita más trabajo para comprender si E. Coli puede adaptarse y acabar tolerando esto también. "bombardeo" de luz, y comprender si este riesgo también puede desarrollarse en otras bacterias que resisten a los antibióticos.
Mientras tanto, las luces están encendidas para nuestra salud futura.