Un pequeño grupo de investigadores de Hong Kong presentó un pequeño objeto con grandes ambiciones. No, no es una supercomputadora ni un acelerador de partículas. Simplemente, estos son recipientes de gel especiales denominados "mejillones artificiales". ¿Qué tienen en común con los conocidos mejillones?
El equipo formado por académicos de 3 universidades de Hong Kong ha modificado contenedores inicialmente diseñados para detectar metales pesados en los mares. ¿Resultado? Se han convertido en sofisticados "cazadores" de contaminantes radiactivos. Una respuesta eficiente y económica para monitorear los contaminantes radiológicos en nuestro planeta azul.
Mejillones artificiales al rescate
"Nuestra investigación confirma que estos mejillones artificiales pueden superar las limitaciones de los métodos de detección tradicionales". hablar es Rudolf Wu Shiu Sun, profesor de ciencias ambientales en la Universidad de Educación de Hong Kong y líder del proyecto.
El tiene razón. Estas pequeñas maravillas tecnológicas pueden marcar la diferencia en el mantenimiento de la seguridad ambiental y alimentaria. Lo que es más importante, pueden ofrecer un método conveniente y rentable para monitorear los radionucleidos en el agua.
Pequeño y conveniente
Los dispositivos cilíndricos del tamaño de la palma de la mano cuestan alrededor de 8 dólares de Hong Kong (un euro) cada uno. ¡Muy poco! Como tales, tienen el potencial de implementarse a gran escala para rastrear el movimiento de contaminantes.
La noticia llega el mismo día que el OIEA, el Organismo Internacional de Energía Atómica, presenta un informe de investigación sobre el proyecto liberación de aguas residuales procesado por la central nuclear de Fukushima. El desastre de la central nuclear japonesa, "provocado" por un terremoto y un tsunami en 2011, ha suscitado indignación y temores que 12 años después no dan señales de amainar.

Comparación con el método antiguo
Tradicionalmente, probar los niveles de radiación en ambientes marinos implicaba recolectar cientos de litros de agua para su análisis. Sin embargo, este método tiene sus inconvenientes. Los contaminantes se pueden distribuir de manera desigual, y esto podría conducir a resultados inexactos, si no completamente erróneos.
Los "mejillones artificiales" pueden absorber uranio, cesio y estroncio, materiales radiactivos que normalmente se encuentran en los desechos nucleares. Esto permite a los investigadores medir la concentración de contaminantes en cada dispositivo. Más: les permite crear un mapeo más preciso de las concentraciones.
El proceso de absorción, que dura entre siete y ocho semanas, proporcionará una indicación más fiable de la concentración y el cambio de radiactividad que los métodos tradicionales.
Mejillones artificiales, no son buenos pero son buenos
La aplicabilidad a gran escala y la precisión de los resultados que pueden proporcionar hacen de los mejillones artificiales una herramienta de investigación prometedora.
No se puede negar que la ciencia tiene su propia manera de sorprendernos. ¿Cuántos hemos visto? una bacteria quien come plastico Lo tengo. un hongo que ¿Se "transforma" en diferentes materiales? Tengo esto también. ¿Qué otra cosa? ¿Mejillones artificiales a la caza de radiactividad? Sí, el genio humano nunca deja de sorprenderme.
La próxima vez que me encuentre frente a un plato de mejillones pensaré en sus primos "nucleares". Y por supuesto evitaré abusar de los "naturales", o tendré que comprobar los niveles de radiactividad hasta en el baño. Bueno, ya lo he dicho. Hasta la proxima vez.