Una hoja artificial lo suficientemente liviana que usa la luz solar para crear combustible podría usarse para terminar con la escasez de tierra disponible para absorber la energía solar y el abuso de la tierra que de otro modo sería utilizable para la agricultura (aunque se fortalece).
A diferencia de la energía fotovoltaica, las células solares convierten la luz solar en combustible en lugar de electricidad. Los investigadores han buscado durante mucho tiempo replicar la fotosíntesis en plantas con un proceso sintético que utiliza dióxido de carbono, agua y luz solar para producir combustible. Hoy, sin embargo, la tecnología existente sigue siendo ineficiente o demasiado complicada, tanto que está confinada al continente, donde el espacio es limitado.
Una “hoja solar” flotante
Erwin Reisner La Universidad de Cambridge y sus colegas desarrollaron una celda de combustible solar hecha con perovskita de plomo, un tipo de cristal que puede capturar la energía de la luz. La celda produce burbujas de hidrógeno y monóxido de carbono, que se pueden mezclar para formar un combustible llamado gas de síntesis. El estudio fue publicado en la revista Nature, y lo enlazo aquí.
“Es el primero de su tipo para combustible solar”, dice Reisner.
También hay muchos desarrollos significativos para la energía fotovoltaica flotante, y simplemente pensamos que también se podría hacer algo muy similar para los combustibles.
El prototipo del dispositivo es un cuadrado de 10 centímetros de ancho y un milímetro de espesor. En pruebas realizadas en el río Cam de Cambridge, produjo hidrógeno con una eficiencia de 0,58% y monóxido de carbono con una eficiencia de 0,0053%. Según Reisner, al comparar gramo por gramo, su desempeño fue muy similar al de las celdas solares actuales.
¿Cómo se hace este tipo de nenúfar?
El proceso de fabricación, que como se mencionó implica la deposición de una película delgada de perovskita sobre poliéster recubierto de indio y estaño, es fácilmente escalable, pero aún existen algunos problemas. Dos sobre todo, en mi opinión nada despreciables: primero, la eficiencia debe estar más cerca del 10% para aplicaciones comerciales. En segundo lugar, incluso si están integrados en el dispositivo, los materiales utilizados en el prototipo podrían ser potencialmente tóxicos para las vías fluviales.
Esto claramente no resta importancia al descubrimiento: esta hoja artificial, aunque todavía “inmadura”, es una gran prueba de concepto para futuros dispositivos comerciales.