¿Cuántas veces te has encontrado en la cocina examinando un trozo de plástico, intentando entender si era reciclable o no? Si eres como yo, probablemente con demasiada frecuencia. Este dilema podría convertirse en cosa del pasado gracias a una serie de nuevas tecnologías avanzadas de reciclaje que prometen transformar cualquier tipo de plástico usado en algo extremadamente útil: plástico nuevo.
¿El objetivo? Crear una economía circular para este material, eliminando la necesidad de producir plástico virgen a partir del petróleo. Veamos juntos qué es.
Un problema global
El plástico se ha convertido en uno de los materiales más utilizados en el mundo, pero también en uno de los más problemáticos desde el punto de vista medioambiental. Desde su aparición en los años 50, hemos producido algunos más de 10 mil millones de toneladas. Gran parte de esto terminó en vertederos o, peor aún, en los océanos (formando islas enteras) Y en el entorno natural.
El reciclaje, a menudo presentado como la solución, en realidad sólo es posible para un pequeño porcentaje de los residuos plásticos, debido a las dificultades para separar los distintos tipos de polímeros y a los elevados costes de procesamiento. Y en general, lamento decirlo, No funciona.
Il informe más completo que tenemos en estos momentos, aunque anticuado (es de 2017) nos muestra una tendencia incontrovertible. Acerca de 55% del plástico mundial termina directamente en el vertedero o se elimina, El 8% se incinera e sólo el 6% reciclado. De este 6%, evidentemente, la mayoría acaba todavía en los vertederos de "segundo uso".
¿Qué es el reciclaje avanzado?
Hoy en día, una serie de nuevas tecnologías conocidas como “reciclaje avanzado” o “reciclaje químico” prometen cambiar las reglas del juego. Estos procesos utilizan diversas técnicas, como despolimerización o la pirólisis descomponer el plástico usado en sus componentes químicos básicos, que luego pueden volver a ensamblarse en plástico virgen nuevo, indistinguible del producido por el petróleo.
En fin
Despolimerización: rompe los enlaces de los polímeros para devolverlos a los monómeros originales, útil para reciclar plásticos complejos.
Pirólisis: descompone polímeros sin oxígeno, produciendo hidrocarburos o monómeros para reciclar plásticos difíciles u obtener combustibles.
Ambos procesos requieren la aplicación de calor, lo que socava un poco sus credenciales ecológicas. Pero también lo hace la creación de plástico virgen, con toda la carga contaminante adicional que ello conlleva.
A diferencia del reciclaje mecánico tradicional, que requiere una separación cuidadosa de varios tipos de plástico y produce un material de menor calidad, el reciclaje avanzado puede manejar cualquier tipo de plástico. incluso los sucios o contaminados, y producir una materia prima de alta calidad, apta para cualquier uso, incluso en contacto con alimentos.
Hacia una economía circular
La implicación de las tecnologías de reciclaje avanzadas es potencialmente revolucionaria. Si consiguiéramos reciclar eficazmente todo el plástico que producimos, podríamos crear una verdadera economía circular para este material, en la que ya no fuera necesario extraer petróleo para producir nuevo plástico, sino simplemente reutilizar el existente sin cesar (que, sinceramente, es suficiente).
Esto reduciría drásticamente el impacto medioambiental del plástico. Más aún: haría que el reciclaje fuera económicamente ventajoso, creando un mercado para el plástico usado y fomentando la recolección y el tratamiento de residuos plásticos, incluso en aquellos países que actualmente no tienen la infraestructura o los recursos para hacerlo.
Y el líder mundial de esta revolución puede ser Europa. Con más de 100 tecnologías en funcionamiento o en desarrollo en los 27 países de la UE, el Reino Unido, Suiza y Noruega, el viejo continente ya es líder en reciclaje avanzado. Algunas plantas ya están en funcionamiento, con una capacidad de producción anual combinada que actualmente es de 270.000 toneladas y que ya podría duplicarse para 2026.
Retos y oportunidades del reciclaje avanzado
Por supuesto, el camino hacia este futuro sostenible no está exento de obstáculos. Las tecnologías avanzadas de reciclaje aún están en desarrollo y deben resultar escalables y económicamente viables a gran escala. Además, para funcionar, todavía requieren de un sistema eficiente de recogida y selección de residuos plásticos, del que hoy todavía falta en muchas partes del mundo.
Sin embargo, las ventajas potenciales son tales que vale la pena invertir en esta dirección. Empresas, gobiernos y organizaciones internacionales ya están tomando medidas: el Fundación Ellen MacArthur, por ejemplo, estima que el reciclaje químico Podría procesar el 50% de los residuos plásticos mundiales para 2040., creando un mercado valorado en unos 120 mil millones de euros.
El futuro no conoce la palabra “desechable”
En un mañana no muy lejano podríamos vivir en un mundo donde el plástico ya no sea un problema, sino un recurso precioso que debe usarse con cuidado y reciclarse sin cesar. Un mundo en el que ya no tengamos que pasar horas en la cocina intentando entender si los envases son reciclables o no, porque todos lo serán.
El plástico, de símbolo del uso desechable y de la contaminación, podría pasar a ser el emblema de una economía circular y sostenible, en la que nada se crea ni nada se destruye, sino que todo se transforma. ¿Estoy divagando? Tal vez. Pero sólo como una cuestión de voluntad política y no de viabilidad.