No lo neguemos: el helado es uno de los inventos más bellos jamás realizados. En mí tiene un efecto calmante extraordinario, tanto en la versión "básica" (solo chocolate, gracias) como en las elaboradas (ahogadas en café, muchas gracias). Lo que veo, sin embargo, me hace arrugar la nariz: aún no me había tocado la idea de elegir “qué perfume ponerle al helado” para darle un aroma.
La cadena de helados estadounidense Sal y paja colaboró con la perfumería Autores imaginarios para crear tres fragancias para usar como… toppings para helados. Las sustancias utilizadas para crear la fragancia están literalmente congeladas a estas temperaturas, pero el aroma (que también afecta el regusto del helado) se liberará cada vez que se lleve el helado a la boca.
Un helado con Eau de Stracciatell
Imagínalos como potenciadores del sabor. Piense en ello como una cata de vinos, donde oler y beber mejora la experiencia. Después de todo, incluso la ciencia busca una manera de reproducir electrónicamente la experiencia de los olores, tal vez para poder enriquecer el "siguiente metaverso". Haz lo que quieras, el punto es que esta cosa no existe por mi culpa.
¿Los tres perfumes “culinarios” para helado ya desarrollados? Una nube de cacao, con chocolate ecuatoriano, batido de malta y notas de whisky japonés. Un desmayo de cítricos con lima, lichi y limón italiano. Al final, Un penacho de flores con jazmín, madreselva y flores silvestres. Como ocurre con todas las fragancias que se precien, también existen pequeños probadores de viaje. Rociarlos en diferentes sabores de helado, dicen las dos compañías, brindará una experiencia atractiva con aromas y sabores que se mezclan en la boca.
Y probablemente (no garantizo nada) evitará agregar demasiados jarabes o sabores para darle más sabor a una simple bola de vainilla. Podría ser una solución para un futuro de "ojos llenos y manos vacías", en un intento de no excederse en la mesa.
¿El debut de los perfumes de helado? Justo ayer, en las tiendas Salt & Straw. A ver si funciona: en el peor de los casos, para no pasarme con la cuchara podría echarme un poco de esta cosa en las muñecas y olerlo fingiendo que es una buena Algida Magnum.