Ser capaz de viajar "más allá de la velocidad de la luz", superando los límites conocidos del espacio y el tiempo: este es uno de los mayores y más importantes sueños y objetivos de la física moderna. A lo largo de los años, se han dado enormes pasos precisamente en esta dirección, hacia un nuevo tipo de viaje interespacial.
Pero partamos de lo que ya sabemos, partamos de lo básico para luego pasar a explicar cuáles son los avances que ha dado la ciencia.
el primer intento
Científico mexicano realizó primer estudio sobre viajar a la velocidad de la luz miguel alcubierre en 1994. Su plan se basaba en un principio bien conocido: la distorsión o curvatura del espacio-tiempo.
En la serie y las películas de Star Trek, la tripulación aprovecha la distorsión para permitir que la nave se mueva a una velocidad igual a la de la luz. El espacio y el tiempo detrás de la nave espacial se expanden mientras que el espacio y el tiempo adelante se comprimen.
Alcubierre intentó hacer más o menos lo mismo, pero se encontró con un problema. La energía negativa provocada por la distorsión habría hecho que la nave perdiera el control y la estabilidad, un riesgo demasiado grande.
Es por eso que las naves espaciales como la de Star Trek nunca se han hecho realidad.
Velocidad de la luz, un paso por delante
Hoy, sin embargo, hay algunas novedades. Un estudio realizado por erik lentz publicado Gravedad Clásica y Cuántica ofrece nuevos elementos de reflexión.
Concretamente, los científicos del equipo de Lentz han encontrado una solución al problema de la energía negativa del que acabamos de hablar. ¿Cómo lo hicieron? Construyeron una nueva clase de "solitones" hiperrápidos utilizando fuentes con energías positivas, capaces de asegurar el viaje a velocidades muy altas (incluso a la velocidad de la luz).
Los solitones representan un tipo de onda que mantiene su forma y energía mientras se mueve a una velocidad constante. Según Lentz, estos componentes podrían excluir la energía negativa y eliminar el problema de raíz.
Con la energía correcta y el control correcto, uno podría ir más allá del espacio-tiempo, acercándose a una experiencia nunca antes experimentada.
¿Cuánta energía se necesitaría?
La respuesta actual sigue siendo "demasiada energía".
Como explica el propio Lentz: “La energía requerida para este impulso que viaja a la velocidad de la luz y se extiende sobre una nave espacial con un radio de 100 metros es del orden de cientos de veces la masa del planeta Júpiter. (…) El ahorro de energía debería ser drástico, de unos 30 órdenes de magnitud para estar al alcance de los reactores de fisión nuclear modernos”.
El físico también expresó una opinión sobre lo que cree que es el "próximo paso", el siguiente paso:
El siguiente paso es descubrir cómo reducir la cantidad astronómica de energía necesaria dentro del rango de las tecnologías actuales, como una planta de energía de fisión nuclear grande y moderna. Así podemos hablar de la construcción de los primeros prototipos.
erik lentz
Si alguna vez lo conseguimos, el próximo objetivo seguramente será Proxima Centauri. Tal viaje planificado nos permitiría ir y venir en años, en lugar de décadas o milenios.
Las perspectivas son ciertamente atractivas, pero tendríamos que esperar varios años más antes de recibir una respuesta. Por ahora, solo necesitamos saber que la ciencia se está moviendo en la dirección correcta.