Eran turbulentos antes de la pandemia, pero lo que está pasando pone de relieve cuestiones que pronto podrían deteriorarse de manera muy preocupante.
Si la relación entre los EE. UU. Y China fuera un paciente, ya tendrían muchas enfermedades preexistentes que el coronavirus estaría a punto de agravar. amy gadsden, vicepresidente asociado de iniciativas globales en la Universidad de Pensilvania y el director ejecutivo de Penn Initiatives en China dijo esta semana en un evento virtual.
El coronavirus podría infectar las relaciones entre las dos naciones más poderosas de la Tierra.
Gasden y sus colegas están de acuerdo en que ambas superpotencias fallaron en la respuesta inicial al virus y ahora están tratando de señalarse mutuamente.
Lo que estamos viendo es que cada lado trata de argumentar que esta pandemia revela las debilidades del otro, los errores en su sistema, en su forma de gobernar y gestionar la sociedad. Y por el contrario, destaca cómo su respuesta al coronavirus refleja las fortalezas de su sistema político.
Relaciones (y rivalidades) entre Estados Unidos y China
Tanto en China como en Estados Unidos, el gobierno ha tardado en responder a la crisis. Y esencialmente por la misma razón: el temor de que ser honesto sobre la escala de la pandemia socavaría la confianza pública en el liderazgo.
Esto parece obvio para la China autoritaria, pero esencialmente las mismas preocupaciones han guiado la toma de decisiones en Occidente para responder a la epidemia.
La rivalidad entre Estados Unidos y China había crecido desde la administración de Obama, y la tendencia de desvinculación ya estaba en marcha antes de la pandemia, pero la situación se está exacerbando muy, muy rápidamente.
En los EE. UU., el tema es el llamado a reducir la dependencia estadounidense de China para medicamentos, máscaras, respiradores y equipos de protección. Y en esto fue lo mismo la globalización para poner su mano allí.
Jacques de Lisle, profesor de ciencias políticas y director del Centro para el Estudio de la China Contemporánea, llama a la pandemia "la tormenta casi perfecta" para llevar a Estados Unidos a la línea dura.
La reacción de Trump
Un martillazo continuo sobre cada supuesto error chino. Viajes cancelados, definición continuada del virus como el "Virus de Wuhan", suspensión de fondos de la OMS y sospechas sobre la creación del coronavirus en el laboratorio.
¿Y en china?
Queda por ver si la epidemia viral se ha debilitado o fortalecido. Hay argumentos contradictorios en apoyo de ambas evaluaciones. El (¿momentáneo? ¿Permanente?) "Estancamiento" en el liderazgo mundial de EE. UU. ha creado un vacío que China podría (¿le gustaría?) llenar.
Relaciones Estados Unidos-China: ¿y si acelera la colaboración?
La idea de que cualquier colaboración en ciencia y tecnología entre las dos naciones se perciba como una amenaza a la seguridad nacional es una de las mayores dificultades actuales para las relaciones entre EE.UU. y China.
La experiencia de la pandemia subraya la importancia de la colaboración científica y debería alentar a ambos países a comprender que fragmentar la comunidad científica mundial no es prudente.
Las tensiones van en la dirección opuesta a lo que el mundo necesita. Estados Unidos y China deben gestionar esta rivalidad y colaborar. No solo para la vacuna sino sobre todo para prevenir futuras pandemias.
¿Y qué es el cambio climático sino un coronavirus a cámara lenta?