En un futuro no muy lejano, junto a los trabajadores humanos de las fábricas de automóviles podremos encontrar nuevos "colegas" bastante inusuales: los robots humanoides. Esto es lo que Mercedes-Benz se prepara para experimentar gracias a una colaboración con la empresa de robótica Apptronik. ¿El objetivo? Utilice robots para ayudar a los trabajadores en las tareas más repetitivas y agotadoras, y no para sustituirlos. Una evolución que plantea interrogantes sobre la relación entre el hombre y la máquina en el mundo laboral del mañana.
Apollo, el robot "todoterreno" que viene al rescate de Mercedes
Imagine un colega incansable, preciso y siempre disponible. Alguien que nunca se queja, que no pide horas extras y que no hace pausas para el café. Aquí puede que lo hayas encontrado: Su nombre es ApoloMide un metro setenta, pesa 72 kilos y tiene una autonomía de 4 horas. Ah, lo olvidé: es un robot humanoide. Ahora, gracias a un acuerdo con Mercedes-Benz, Apollo se prepara para debutar en la línea de producción del gigante alemán. ¿Su tarea? Acercar componentes y kits de montaje a los trabajadores humanos, liberándolos de las tareas más pesadas y repetitivas. ¿O "aliviar a la fábrica" de los propios trabajadores? La pregunta es pertinente.
No es un despido, es una "mejora" del trabajo. Ellos dicen.
Atención, explican en Alemania: nada de alarmismo. La idea no es sustituir a los trabajadores de carne y hueso por ejércitos de autómatas. Palabra de Jörg Burzer, un alto ejecutivo de Mercedes, que desea señalar:
El objetivo es cubrir la escasez de mano de obra para tareas poco calificadas, físicamente exigentes y repetitivas, y liberar a nuestros trabajadores calificados para tareas más gratificantes.
¿Confiamos? En resumen, no hay "despidos robóticos" en el horizonte, pero sí una "mejora" del trabajo humano. ¿Dónde he oído esto antes? Se trata ciertamente de una perspectiva que, al menos sobre el papel, parece atractiva: menos esfuerzo físico, más espacio para la creatividad y la competencia. Pero, ¿es realmente así de simple? ¿O existe el riesgo de que, a largo plazo, los robots acaben "robando" cada vez más tareas a los humanos?
No sólo Mercedes: el futuro del trabajo en la era de los robots
Mis preguntas, ya sabes, no tienen una respuesta definitiva por el momento. Y Mercedes no es el único que explora esta frontera: también BMW ha firmado un acuerdo similar con la empresa californiana Figura introducir robots humanoides en sus fábricas. Y que hay con Tesla, que está desarrollando su propia Optimus, O de Xiaomi con el ciberuno?
Nos guste o no, los robots se están preparando para invadir nuestras fábricas (y más allá). A partir de... fábricas de robots humanoides, que alguien ya ha comenzado a configurar. Una revolución que podría cambiar radicalmente la forma en que concebimos el trabajo y la relación entre hombre y máquina. Con oportunidades que aprovechar, sin duda, pero también riesgos que no deben subestimarse.
Una colaboración por inventar
El punto, tal vez, sea precisamente este: aprenda a colaborar con estos nuevos “colegas” sin agobiarnos ni volvernos superfluos. Un equilibrio delicado, que requerirá no sólo innovación tecnológica, sino también y sobre todo un replanteamiento cultural y organizativo del trabajo. Además: de todo el contrato social. Se necesitarán nuevas habilidades, nuevos modelos de formación y nuevas formas de protección para los trabajadores. Pero también una nueva conciencia del valor irremplazable de la inteligencia y la creatividad humanas, que ningún algoritmo podrá replicar por completo.
En resumen, el desafío está abierto. Y el experimento de Mercedes con Apolo podría ser sólo el comienzo de un largo viaje de exploración y aprendizaje mutuo entre humanos y máquinas. Un camino que, si se gestiona bien, podría llevarnos hacia un futuro del trabajo más sostenible, más inclusivo y más gratificante para todos. O al menos esa es la esperanza. Porque, seamos realistas, la alternativa es un poco menos halagüeña: un mundo donde los robots hagan todo y los humanos nos volvamos obsoletos. Una distopía tipo “Terminator” que, francamente, preferiríamos evitar.