Etiopía se está preparando para dar un salto histórico hacia el futuro de la movilidad sostenible. Con un anuncio sorprendente, el ministro de Transportes Alemu Sime ha anunciado la prohibición total de los coches de combustión interna en favor de los eléctricos para 2024.
La decisión, que proyecta a Etiopía en una dimensión de vanguardia ecológica, tiene profundas raíces en las necesidades económicas y ambientales del país. Con una inversión masiva en energía renovable y un compromiso con un futuro más verde, Etiopía ahorrará miles de millones de dólares en importaciones de combustibles fósiles, que simplemente ya no puede permitirse.
Etiopía, un salto hacia el futuro
La decisión de Etiopía de adoptar una política de movilidad exclusivamente eléctrica es un paso audaz que la posiciona entre los líderes mundiales en innovación sostenible. La prohibición de los coches de combustión interna, aparentemente una opción ecológica, es en realidad una respuesta estratégica a los desafíos económicos del país.
Con unos gastos anuales de 6 millones de dólares en importaciones de petróleo, la transición a la electricidad representa una solución prácticamente obligatoria, económicamente sostenible y a largo plazo para Etiopía.
La decisión ha sido tomada. Los coches no podrán entrar en Etiopía a menos que sean eléctricos
Alemu Sime, Ministro de Transporte de Etiopía
Energía renovable en el centro
El corazón de esta revolución verde en Etiopía es su riqueza en recursos renovables. El país está dando grandes pasos en el desarrollo de proyectos hidroeléctricos y solares. En particular, Etiopía puede presumir de una impresionante capacidad de generación de electricidad. ¿Cuánto cuesta? Mucho. Más de 1 millón de megavatios de energía eólica y más de 50.000 megavatios de hidroeléctrica. El muy discutido La central hidroeléctrica GERD, en particular, es un pilar de esta estrategia. Una vez operativa, la planta no sólo cubrirá las necesidades energéticas nacionales, sino que también ofrecerá la posibilidad de exportar energía, generando un impacto económico positivo para el país.
Este impresionante suministro energético ya nos permite cubrir más del 95% de las necesidades eléctricas nacionales. Sin embargo, aún queda un desafío: casi la mitad de la población de Etiopía todavía no está conectada a la red eléctrica, un obstáculo que el gobierno se ha comprometido a superar como parte de su estrategia de desarrollo sostenible.
El coche eléctrico, sin embargo, no vive sólo de energía. Etiopía enfrentará desafíos importantes, especialmente en la construcción de una infraestructura adecuada para los automóviles eléctricos. Actualmente, la red de carga es limitada y el gobierno deberá trabajar para expandirla rápidamente para satisfacer la demanda futura. Paradójicamente, con la tasa de motorización más baja del mundo, Etiopía tiene la oportunidad única de construir un sistema de movilidad eléctrica desde cero, evitando los errores y los problemas medioambientales asociados a la era del motor de combustión interna.
Un ejemplo para el mundo
El audaz paso de Etiopía hacia un futuro de movilidad eléctrica podría inspirar a otros países en desarrollo a seguirlo… muy de cerca. En un mundo donde la lucha contra el cambio climático es cada vez más urgente, la iniciativa etíope demuestra que la transición hacia una economía más verde es posible incluso para naciones que no cuentan con los recursos económicos de los países más desarrollados.
Con la reciente membresía de los países BRICS Y con esta opción "eléctrica", Etiopía quiere demostrar que la voluntad política y la inversión en energías renovables pueden traer un futuro más limpio y sostenible. ¡Dedos cruzados!