A pesar del potencial obvio, los servicios de entrega autónoma con drones comerciales tardan en llegar a la corriente principal.
El tema es principalmente normativo; la tecnología ha estado más o menos preparada durante años, pero las autoridades desconfían (no del todo equivocadas) de la idea de lanzar enjambres de vehículos aéreos no tripulados sobre áreas pobladas. En cualquier caso, los experimentos continúan e Italia lo está haciendo bien, incluso con cargas pesadas.
Hace unas semanas en Venecia, los drones comenzaron a entregar medicamentos a los islotes no atendidos por las farmacias (Hablé de eso aquí). La semana pasada, sin embargo, la empresa italiana cesta voladora organizó su primer vuelo de transporte urbano de carga pesada con un par de grandes entregas en Turín.
Cargas pesadas, carreteras ligeras
En colaboración con Leonardo e Poste Italiane, cesta voladora envió (con viaje de ida y vuelta) dos de sus robustos drones FB3, cada uno con alrededor de 26 kg de carga, desde el centro de coordinación postal hasta un punto a unos 4 kilómetros de distancia. Bueno, e incluso prometedor si se tiene en cuenta que la carga útil es solo una cuarta parte de los aproximadamente 100 kg que puede transportar cada uno de estos drones.
Antes de que te dé escalofríos ante la idea de que una pequeña nevera caiga sobre tu cabeza, déjame decirte dos: primero, los drones volaron sobre el río Stura y solo por un tiempo muy corto cubrieron áreas habitadas. En segundo lugar, obviamente la misión fue autorizada por ENAC, todo bajo control.
De todos modos, antes de cargas pesadas veremos que estos artilugios entregan cosas más pequeñas (en Helsinki, por ejemplo, ya llevan almuerzo y café). La sensación es que cuando estos servicios, tanto para cargas pesadas como ligeras, reciben luz verde a gran escala, estos métodos de prestación tendrán un impacto instantáneo y altamente transformador.