El acné, una afección dermatológica que durante mucho tiempo ha sido un desafío tanto para adolescentes como para adultos, pronto podrá abordarse mediante un enfoque radicalmente nuevo. Este cambio se debe a una investigación innovadora llevada a cabo por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, bajo el liderazgo de Nastassia Knödlseder, biólogo sintético.
El equipo de Knödlseder transformó el Cutibacterium acnes, anteriormente conocido como el principal culpable del acné, en un potencial aliado en la lucha contra este problema cutáneo. ¿Cómo se dice? Combatir el fuego con fuego.
El mecanismo revolucionario detrás de la terapia del acné
El proyecto, como hemos comentado, se basa en la modificación genética de Cutibacterium acnes. Es una bacteria que se encuentra comúnmente en la piel humana. Mediante sofisticadas técnicas de biología sintética, los investigadores lograron inducir a la bacteria a producir una molécula llamada NGAL (lipocalina asociada a gelatinasa de neutrófilos). ¿Porque es importante? Esta molécula juega un papel crucial en el proceso terapéutico, actuando directamente sobre las glándulas sebáceas para reducir la producción de sebo, el aceite natural de la piel que a menudo es responsable de obstruir los poros y causar acné.
Tú hiciste el daño y lo arreglas. Un enfoque que va más allá de las terapias tradicionales
Las terapias tradicionales para el acné, como los antibióticos y el fármaco isotretinoína, han mostrado limitaciones y posibles efectos secundarios. antibióticos, por ejemplo, puede alterar el equilibrio del microbioma de la piel, mientras que isotretinoína Es conocido por sus efectos secundarios raros pero graves. La nueva terapia, inspirada en el mecanismo de acción de la isotretinoína, pretende tratar el acné sin estos inconvenientes, aprovechando las capacidades innatas de la bacteria modificada.
Combatir el acné… con acné: resultados prometedores y perspectivas de futuro
En pruebas de laboratorio en cultivos de sebocitos y en experimentos con ratones, la bacteria genéticamente modificada mostró una reducción significativa de los niveles de sebo, lo que pone de relieve el potencial de esta terapia. Por supuesto, es importante señalar que la piel del ratón tiene diferencias significativas con la piel humana, tanto en términos de estructura como de densidad folicular. En consecuencia, se necesitan más estudios clínicos en humanos para evaluar completamente la eficacia y seguridad de este innovador tratamiento para el acné.
En cualquier caso, este desarrollo representa un importante paso adelante en el campo de la dermatología y la biología sintética. La posibilidad de utilizar bacterias modificadas para mejorar la salud de la piel abre nuevas vías no sólo en el tratamiento del acné, sino también en otras áreas de la medicina y la cosmética. Tal y como afirman los investigadores en su estudio publicado en Nature Biotechnology (lo enlazo aqui), estos hallazgos resaltan la importancia de futuros ensayos clínicos para explorar más a fondo el impacto de esta terapia innovadora en la salud humana y el tratamiento de enfermedades de la piel.