Abrir las redes sociales se puede comparar con abrir una ventana a un mundo tormentoso y sin esperanza. El "desplazamiento del destino“, un término que comenzó a circular en 2018 y encontró terreno fértil con la pandemia en 2020, se ha convertido en un hábito para muchos de nosotros. Pero ¿qué hay detrás de esta práctica?
¿En qué consiste el doomscrolling?
El término "doomscrolling" se refiere al hábito de seguir desplazándose por las redes sociales o las noticias en línea, leyendo contenido negativo o angustioso, aunque pueda causar estrés o ansiedad.
Es un viaje que comienza con la curiosidad y se convierte en una compulsión casi masoquista hacia el horror. En este viaje, las noticias de crisis, los escándalos y las derrotas humanas se convierten en monstruos que se alimentan de nuestra esperanza, transformando la curiosidad en desesperación.
Redes sociales: maestros de ceremonias del ritual que nos roba la esperanza
Doomscrolling se manifiesta predominantemente a través de medios digitales. En esta danza macabra, los medios asumen el papel de Maestro. La exploración de noticias negativas, el deseo de profundizar en el abismo de la información aterradora, no es sólo producto de nuestra imaginación, sino de una imaginación guiada (y orientada intencionalmente) hacia ciertas intensidades.
Este ciclo de consumo de noticias negativas literalmente distorsiona nuestra percepción de la realidad, alimentando una “narrativa de desesperación” que puede oscurecer las soluciones o respuestas positivas a los desafíos que enfrentamos.
¿Por qué está pasando esto?
Las redes sociales pueden fomentar el doomscrolling de varias maneras, principalmente debido a su estructura, algoritmos y la naturaleza del contenido que tienden a promover. Aquí están las 8 dinámicas clave.
1. Feeds infinitos
Las redes sociales están diseñadas con feeds que se desplazan sin cesar, lo que proporciona un flujo continuo de contenido. Este diseño puede incitar a los usuarios a seguir buscando nueva información o actualizaciones, a veces sin un final aparente.
2. Algoritmos personalizados
Los algoritmos de las redes sociales están programados para mostrar contenido que se considera interesante o relevante para el usuario, en función del comportamiento pasado del usuario. Si un usuario ha interactuado previamente con contenido negativo o angustioso, el algoritmo puede continuar mostrando contenido similar, facilitando el doomscrolling.
3. Malas noticias
Las noticias negativas tienden a recibir más atención y difundirse más rápidamente en las redes sociales. Esto puede deberse a nuestro sesgo cognitivo que nos lleva a estar más atentos a las amenazas o peligros, sobre todo si forman parte de nuestra “burbuja”.
4. Respuesta emocional
El contenido que evoca fuertes respuestas emocionales, como el miedo o la ira, tiende a ser más compartido e interactuado con él que el contenido que genera alegría o esperanza. Esto conduce a una mayor visibilidad de las noticias negativas o angustiosas, lo que a su vez facilita el avance del pesimismo.
5. Acciones y comentarios
La naturaleza social e interactiva de las redes sociales puede amplificar aún más el doomscrolling. A los usuarios puede resultarles difícil desconectarse cuando participan en discusiones o hilos que involucran temas negativos o controvertidos.
6. Inmediatez y accesibilidad
La facilidad con la que podemos acceder a las redes sociales y obtener actualizaciones en tiempo real puede contribuir a la compulsión de consultar continuamente las últimas noticias, incluso si esas noticias pueden ser angustiosas o deprimentes.
7. La guerra por la atención
Las redes sociales están en una competencia constante por la atención de los usuarios. Promocionar contenido impactante o negativo puede ser una estrategia para mantener enganchados a los usuarios, aunque puede contribuir al doomscrolling.
8. Falta de filtros editoriales
A diferencia de los medios tradicionales, las redes sociales pueden carecer de filtros editoriales que moderen el tipo de contenido que se muestra. Esto puede conducir a una mayor exposición a contenido negativo o sensacionalista.
La combinación de diseño centrado en el usuario, algoritmos personalizados y la naturaleza viral de las noticias negativas en las redes sociales es el entorno fértil perfecto para el doomscrolling. Es importante que los usuarios sean conscientes de estas dinámicas y consideren cómo pueden influir en su percepción del mundo y su bienestar emocional. Como todas las formas de adicción, el doomscrolling también depende en parte de nosotros, y podemos (deberíamos, debemos) ponerle fin.
Una reflexión necesaria para reencontrar la esperanza
“Doomscrolling” nos invita a reflexionar profundamente sobre nuestra relación con los medios digitales y las narrativas que consumimos todos los días. Representa una advertencia sobre la necesidad de una mayor conciencia y responsabilidad en nuestro consumo de medios.
Es imperativo recordar la importancia de mantener el equilibrio y buscar una narrativa más equilibrada y optimista, que pueda inspirar acciones positivas y cambios constructivos.
En resumen: de la desesperación pasiva y solitaria a la esperanza proactiva y compartida.