Un equipo de investigadores ha mapeado las vías nerviosas que alimentan la grasa parda, un paso clave hacia nuevos tratamientos para la obesidad. Este tejido, a diferencia de la grasa blanca, quema calorías produciendo calor. El descubrimiento podría conducir a formas innovadoras de estimular la pérdida de peso.
El mapa nervioso
lo sorprendente grasa parda,el tejido adiposo pardo (BAT), ha sido el foco de muchas investigaciones desde su descubrimiento en 1972. A diferencia de la grasa blanca, que almacena energía, la BAT quema calorías produciendo calor, un proceso conocido como termogénesis.
La grasa parda toma su nombre de su apariencia distintiva debido a la presencia de una gran cantidad de mitocondrias. Las mitocondrias son las “potencias” de las células y contienen un pigmento llamado citocromo que le da a la grasa parda su color característico.
En un estudio reciente, investigadores de UCLA rastrearon las vías nerviosas que alimentan a BAT en el cuello y el área supraclavicular, por encima de la clavícula. ¿Por qué es esto algo importante?
En busca de grasa parda
Preethi Srikanthan, autor principal del estudio (que te enlazo aquí), destacó la importancia del sistema nervioso simpático en la regulación de la actividad BAT. Sin embargo, estimular el sistema simpático podría tener efectos secundarios en otros órganos, como el corazón y los intestinos.
Mapear los nervios específicos que llegan al BAT podría ofrecer una solución a este problema. Nos ayudaría a comprender cómo podemos estimular específicamente BAT sin afectar otros órganos.
Métodos de estudio e implicaciones clínicas.
Para rastrear las vías nerviosas que involucran la grasa parda, los investigadores diseccionaron cuidadosamente los cuellos de ocho cadáveres. Identificaron varias vías simpáticas que inervan el área, incluidos los nervios cervicales tercero y cuarto y el plexo simpático cervical. Este último es una red de fibras nerviosas que inerva algunas estructuras del cuello y el tórax.
La investigación también reveló que la actividad de BAT puede cambiar en presencia de afecciones del cuello. Por ejemplo, extirpar un tumor puede alterar la actividad nerviosa y, en consecuencia, la temperatura de la grasa parda.
Grasa parda, hacia nuevos tratamientos
El objetivo final del estudio es aprovechar estos hallazgos para desarrollar tratamientos que estimulen constantemente la grasa parda, convirtiéndola en una fuente continua de calor para quemar grasa. Es crucial encontrar soluciones a largo plazo para la obesidad: incluso si existen medicamentos eficaces como Ozempico, Wegovy e monjaro, su ingesta a largo plazo presenta lados oscuros y peligros.
Por supuesto, este estudio tiene algunas limitaciones: el número aún pequeño de muestras y su avanzada edad podrían influir en los resultados. Sin embargo, la investigación allana el camino para futuros estudios y posibles aplicaciones clínicas. La grasa parda es un tejido realmente interesante, y cada paso adelante en su comprensión nos acerca a un futuro más sano y en forma.