La relación entre los horarios de las comidas y la obesidad se ha estudiado durante mucho tiempo, pero una investigación ofrece nuevas perspectivas sobre cómo y por qué comer tarde puede afectar significativamente nuestra salud. El estudio publicado en Cell Metabolism (lo enlazo aqui) analiza tres aspectos clave: la metabolismo calórico, la nivel de hambre y Manejo de grasa corporal.
Una nueva mirada al metabolismo y la obesidad
La obesidad, que hoy afecta a cientos de millones de personas en todo el mundo, representa uno de los desafíos de salud más apremiantes de nuestro tiempo. La investigación en cuestión, realizada por el neurocientífico Frank Scheer del Brigham and Women's Hospital de Boston, profundiza en la compleja dinámica biológica que vincula las horas de comida con el riesgo de obesidad.
El estudio, esbozado ya en 2018 y luego retomado, contó con la participación de 16 participantes con un índice de masa corporal (IMC) en el rango de sobrepeso u obesidad. En un experimento controlado de seis días, los investigadores observaron cómo los cambios en los horarios de las comidas afectaban varios aspectos fisiológicos. En particular, notaron que comían más tarde durante el día. reduce los niveles de la hormona leptina, responsable de la sensación de saciedad y ralentiza el ritmo de quema de calorías.
Impacto de las “horas tempranas” sobre el hambre y la grasa
Los resultados mostraron que al comer más tarde, los participantes sentían más hambre y quemaban calorías a un ritmo más lento. Sobre todo, ha surgido el mecanismo que favorece el fenómeno.
¿Cual? La expresión de genes del tejido adiposo muestra un aumento en el proceso de adipogénesis, que construye tejido graso, y una disminución en la lipólisis, que en cambio lo descompone. Estas observaciones sugieren que comer tarde no sólo conduce a una “digestión más lenta”, sino que transforma el cuerpo al hacer que acumule más grasa más rápidamente y que la elimine cada vez más lentamente. En otras palabras, un efecto dominó desastroso.
Comer a altas horas de la noche "secuestramos" nuestro cuerpo
Scheer destaca la importancia de considerar otros factores ambientales y de comportamiento que podrían influir en estas vías biológicas que subyacen al riesgo de obesidad. La investigación publicada en Cell Metabolism aísla los efectos del horario de las comidas controlando variables como la ingesta de calorías, la actividad física, el sueño y la exposición a la luz. En la vida real, sin embargo, muchos de estos aspectos podrían a su vez verse influenciados por el momento en que se consumen las comidas. En otras palabras, las cosas podrían ser aún peores.
De cara al futuro, el equipo investigador pretende profundizar en el estudio incluyendo a un mayor número de mujeres y analizando cómo las variaciones en los tiempos de sueño en relación con los horarios de las comidas pueden influir en estos procesos. Con esta investigación esperamos delinear estrategias aún más efectivas para combatir la obesidad, un problema que no sólo compromete la salud individual sino también la salud pública a nivel global.