El concepto de "activo digital" está experimentando una rápida evolución. Durante los próximos 15 años veremos el surgimiento de nuevas categorías de activos digitales que irán más allá de las criptomonedas tradicionales (o datos personales "comerciados" ya sea con o sin nuestro consentimiento).
Nuevos activos digitales que todavía hoy son algo inusuales, como los perfiles emocionales de IA o los derechos de medios sintéticos, ya están preparando el terreno tecnológico. Afectarán no sólo a las industrias y los mercados, sino también a nuestra sociedad, nuestras interacciones personales y nuestra percepción del valor en un mundo digital.
El auge de los perfiles emocionales de IA

Inteligencia artificial cada vez es más sofisticado en la comprensión e interpretación de las emociones humanas. Pero, ¿qué sucede cuando estas habilidades se traducen en perfiles únicos diseñados para emular o responder a los patrones emocionales específicos de las personas? Estos perfiles podrían convertirse en valiosos activos digitales, utilizados en industrias como el marketing, la terapia o incluso el entretenimiento.
Imagina una película o videojuego que se adapta a tus emociones en tiempo real, ofreciendo una experiencia verdaderamente personalizada.
O un asistente virtual que, tras años interactuando contigo, ha aprendido y memorizado tus reacciones emocionales ante situaciones concretas, siendo capaz de anticiparse a tus necesidades o calmarte cuando estás estresado.
Compañeros de IA: ya no son simples asistentes, sino activos digitales

Aquellos que hoy todavía son "Asistentes de Voz" se convertirán en compañeros de IA: entidades digitales que pueden aprender, interactuar y crecer con nosotros. Estos activos digitales podrían asumir el papel de asistentes personales, entrenadores y asesores de vez en cuando.
Para algunos, incluso amigos, ofrecer interacciones significativas y personalizadas. Piensa en un robot doméstico que, además de realizar las tareas diarias, aprende tus hábitos, te hace compañía, te cuenta historias o te ayuda en las tareas del hogar.
Derechos de medios sintéticos

Con la llegada de la IA un millón de veces más avanzado, podremos presenciar la creación de medios "sintéticos". Estos pueden incluir voces, imágenes o vídeos generados artificialmente que son prácticamente indistinguibles de los reales.
Una empresa podría crear una voz sintética única para su asistente virtual y reclamar derechos exclusivos sobre esa voz, haciéndola reconocible y distintiva. Si te parece absurdo, piensa en quienes hoy intentan reclamar derechos. en forma de hojas de lechuga.
Ecosistemas virtuales: activos digitales mucho más allá de los juegos

Los mundos virtuales que hoy hacen fortuna a los videojuegos como Fortnite, Roblox, Minecraft y similares se convertirán en ecosistemas digitales completos que se podrán poseer, comercializar o licenciar.
La convergencia con la realidad aumentada y la realidad virtual podría aumentar el valor de los bienes raíces digitales, mundos virtuales completos o simulaciones complejas utilizadas para la investigación o la educación. Ciudades completamente inventadas, o superpuestas a reales, donde albergamos espacios o bienes paralelos a la realidad.
El poder de la computación cuántica

Il computación cuántica se esta haciendo realidad, y con ello, el acceso a este poder computacional se convierte en un bien preciado. Las empresas competirán cada vez más por la supremacía en este sector.
También podrían (y lo harán) alquilar "tiempo" en una computadora cuántica para realizar cálculos complejos en segundos, en lugar de días o semanas. Un poco como cuando se alquilaron los primeros ordenadores, antes de que los ordenadores "personales" invadieran los hogares de todos.
Genética: de los datos a los (valiosos) activos digitales

A medida que nos volvamos más expertos en descifrar y manipular datos genéticos, estos datos podrían convertirse en sí mismos en un activo digital.
Una empresa farmacéutica podría comprar los derechos de una secuencia genética rara específica para desarrollar un nuevo fármaco. Sé que para algunos de vosotros ya es posible, pero os aseguro que no lo es. Al menos no todavía. Lo que nos lleva directamente al siguiente activo digital.
Perfiles de salud personalizados

Con la llegada de la IA a la medicina, estamos viendo el surgimiento de perfiles de salud avanzados. Estos perfiles, basados en análisis de IA del historial médico personal y datos de salud en tiempo real, podrían convertirse en activos digitales. Inteligencias artificiales que conocen todos los datos clínicos relacionados con un sector concreto y ofrecen asesoramiento personalizado o intervenciones preventivas.
Las aplicaciones de fitness podrían evolucionar: analiza tus datos médicos y sugiere entrenamientos súper personalizados, integrando también recomendaciones de alimentos basadas en tu ADN.
DAO: empresas del futuro

¿Sabes cuál es? DAO? Una DAO (Organización Autónoma Descentralizada) es una organización impulsada por reglas codificadas y administrada por una cadena de bloques, sin intermediarios centralizados. Una empresa sin directores, o mejor dicho: dirigida por algoritmos (Hablamos de eso aquí).
Las DAO ya se están volviendo cada vez más complejas en la actualidad y, con el tiempo, sus componentes se convierten en activos digitales. Si la "top" de una empresa se convierte en algoritmos, alguien podría venderte los "líderes" de las mejores empresas.
Además, un miembro de una DAO podría vender sus derechos de voto a otro miembro, influyendo en las decisiones futuras de la organización.
Modelos cognitivos: la mente como activo

Los modelos de IA de procesos cognitivos específicos podrían convertirse en activos digitales extremadamente valiosos. Ya sean modelos de aprendizaje, toma de decisiones o creatividad, estos activos podrían tener aplicaciones en una variedad de industrias.
Una empresa podría utilizar el modelo de IA del proceso de toma de decisiones de un experto en un campo determinado para formar nuevos empleados o desarrollar software especializado.
En resumen: un futuro digital por explorar
De aquí a 2040 se confirmarán varias de estas predicciones sobre activos digitales, o todas, casi ninguna.
Nos gusten o no (con sus oportunidades y también con todo el poder perturbador que ejercen sobre nosotros), estos "síntomas" del futuro digital que nos espera dan la medida de cuántas cosas cambiarán, y en qué medida.