Una vez más es la biomímesis, el arte de inspirarse en la naturaleza para resolver los problemas humanos, lo que nos trae un descubrimiento revolucionario. En un mundo donde el agua potable es cada vez más un bien preciado, la ciencia ha pedido ayuda... a las telarañas (y esta vez no hacer musica).
Estos intrincados diseños naturales, capaces de capturar el rocío de la mañana, inspiraron a un equipo de investigadores visionarios. ¿El resultado? Una telaraña artificial que podría transformar la humedad atmosférica en una fuente inagotable de agua potable.
Inspiración de la naturaleza
La naturaleza siempre ha tenido soluciones ingeniosas a problemas que la humanidad apenas comienza a comprender. Tomemos, como se mencionó, simples telarañas. Muchos de nosotros los vemos como obras de arte naturales (o una molestia a la hora de limpiar la casa): investigadores de la Universidad de Beihang en China vieron una gran oportunidad.
Yong Mei Zheng y su equipo han diseñado microfibras artificiales especiales que, como telas de araña, pueden recoger agua del aire. En lugares donde el agua potable es escasa, podría suponer un gran paso adelante. El estudio, publicado en materiales funcionales avanzados, Lo enlazo aquí.
¿Cómo funcionan las telas de araña artificiales?
El proceso detrás de estas microfibras es fascinante. El núcleo de las telarañas artificiales es una microfibra plástica recubierta con una capa de dióxido de titanio hidrófilo. Esto crea protuberancias en la fibra, protuberancias que con la aplicación de altas temperaturas se transforman en espirales muy pequeñas que recubren la fibra.
La forma en espiral no sólo aumenta la superficie para recoger el agua, sino que también forma enlaces más fuertes con las gotas, reteniéndolas mejor. ¿Cuánto mejor? Muchisimo. Cada golpe puede contener 2000 veces su cantidad en agua.
Un dispositivo para el futuro
Basándose en este descubrimiento, Zheng y su equipo crearon un dispositivo, de sólo 6 centímetros cuadrados de tamaño, que puede recolectar alrededor de 0,1 litros de agua por día en un ambiente con niebla. Pero, como dice el viejo refrán, “de pequeñas bellotas crecen grandes robles”. Si este dispositivo tuviera un tamaño de un metro cuadrado podría producir suficiente agua potable para una persona al día. Y sin electricidad.
Sin mencionar el hecho de que estas telarañas artificiales tienen otro as bajo la manga. Mientras que otros dispositivos de este tipo ven disminuir su capacidad para recoger agua con el tiempo, estas nuevas redes pueden autorrepararse. Cuando se exponen a la luz ultravioleta, reaccionan con las moléculas de agua, manteniendo sus propiedades hidrofílicas.
Telarañas artificiales, un sorbo de optimismo
En un mundo donde las “aguas claras, frescas y dulces” de Petrarca parecen cada vez más lejanas e inaccesibles, estas telarañas artificiales nos dan esperanza y consuelo. Estas telarañas artificiales nos ofrecen la visión de un futuro en el que el agua potable ya no sea un lujo, sino un derecho accesible a todos.