El reloj de la controversia de Fukushima sigue corriendo, y con él las preocupaciones globales (sinceras o egoístas). Mientras las aguas radiactivas continúan fluyendo hacia el océano desde agosto pasado (y lo seguirán haciendo durante décadas), la pregunta que todos se hacen es: "¿Puedo confiar en los peces japoneses?"
La OIEA ha decidido atacar el problema desde su raíz enviando un equipo de expertos para examinar la seguridad del pescado capturado en las aguas que rodean la central, que sufrió uno de los peores desastres de la historia de la energía nuclear.
Agua radiactiva: un problema creciente
Desde que el desastre nuclear de Fukushima azotó a Japón en 2011, la gestión del agua radiactiva se ha convertido en un tema delicado (en 2019 logramos que simplemente recuperar el agua hubiera sido imposible). Participaciones de la empresa de energía eléctrica de Tokio (TEPCO), el operador de la planta, comenzó a liberar agua tratada al océano el 24 de agosto de 2023. Un derrame que se espera que continúe durante muchos años.
Como saben, no todos estuvieron de acuerdo con esta decisión. Grupos pesqueros y países vecinos como China y Rusia han expresado una fuerte oposición, llegando incluso a prohibir todas las importaciones de productos del mar japoneses. ¿Están fundados sus temores?
La OIEA en acción
un equipo deAgencia Internacional de Energía Atómica fue enviada a Instituto de Investigación de Ecología Marina en la ciudad costera de Onjuku, cerca de Tokio. Su trabajo es inspeccionar la recolección y procesamiento de muestras de agua de mar, sedimentos y peces de los alrededores de la planta. Luego, estas muestras se enviarán para realizar más pruebas a la OIEA y a otras 10 instalaciones de investigación en Japón, Corea del Sur, China y Canadá.
¿El objetivo? Garantizar la transparencia y seguridad del vertido de agua.
Los laboratorios deben comparar los resultados utilizando los mismos estándares. "De este modo," dados Yolanda Osvath, jefe del Laboratorio de Radiometría del OIEA, “los laboratorios pueden confiar en los datos de los demás”. La OIEA ya examinó el plan de liberación de aguas residuales de TEPCO y concluyó que, si se lleva a cabo según lo previsto, tendrá un impacto insignificante en el medio ambiente, la vida marina y la salud humana.
Sushi Bar Fukushima: ¿cómo funcionarán los controles al pescado japonés?
Se seleccionaron seis especies de peces para las pruebas: rodaballo, dorada, salmonete, caballa japonesa, corvina plateada y pez globo. Son especies que se sabe que tienen niveles de radiactividad más altos que otras debido a las áreas por las que tienden a moverse.
Durante la visita al laboratorio, los técnicos prepararon muestras para medir el tritio, el elemento que no se puede eliminar de las aguas residuales del sistema de tratamiento de la planta de Fukushima. En cambio, otros trabajadores de laboratorio empaquetaron muestras de pescado procesado para medir el cesio, que según los expertos es importante monitorear porque tiende a permanecer en los músculos del pescado.
Peces de Fukushima: la importancia de la fiabilidad
En un mundo donde las noticias falsas pueden fácilmente alimentar miedos y prejuicios, se necesita una racionalidad extrema. La OIEA está realizando una labor crucial para garantizar que las aguas radiactivas de Fukushima se gestionen de forma segura y transparente. Y acciones como estas son esenciales para tener datos sólidos en los que basar nuestras decisiones.
No hay tiempo que perder. La seguridad de nuestros alimentos y del medio ambiente está en juego, y la ciencia es nuestro mejor aliado para afrontar estos desafíos con los ojos y la mente abiertos.