¿Quién ha visto al menos el primer episodio? del nuevo Black Mirror él me entenderá: tal vez sea hora de ponerse las gafas y leer las pequeñas líneas del contrato. Servicios de transmisión bajo demanda como Netflix, Disney Plus e DAZN han decidido subir las apuestas… y los precios. Pero no temas, porque podemos encontrarnos con que la clave para salir de esta situación puede ser más sencilla de lo que pensamos.
El precio de la innovación
Mientras disfrutamos de nuestras tardes frente a series de televisión y películas, a menudo olvidamos el coste real que hay detrás de estos servicios. Recientemente, incluso el Financial Times revelado que el coste medio de los principales servicios de streaming bajo demanda ha crecido hipertróficamente, tanto en EE. UU. como a nivel mundial. Sorprendente, ¿verdad? No debería serlo: es obvio, las empresas de entretenimiento quieren que gastemos cada vez más para acceder a su contenido.
¿La razón por la que los precios están subiendo? Incluso eso no es un misterio. Después de años de gastar ríos de dinero en efectivo llenando sus catálogos con programación original, ahora estas plataformas de transmisión a pedido están tratando de ponerse al día. ¿Como? Subiendo más a sus fieles suscriptores. Netflix, por ejemplo, recientemente comenzó a tomar medidas enérgicas contra el uso compartido de contraseñas, y este movimiento ha resultado (por ahora) en más registros nuevos que cancelaciones de suscripción. Y no son los únicos. También Disney está considerando hacer lo mismo.
Un equilibrio inestable entre el negocio y la experiencia del usuario
Está claro que estas empresas intentan maximizar sus beneficios, pero ¿qué pasa con la experiencia del usuario? suscriptores desde hace mucho tiempo a Netflix Quienes estaban acostumbrados a usar VPN o compartir sus cuentas pueden no estar contentos con los cambios recientes. Pero, y hay un gran "pero" aquí, Netflix tiene todo el derecho a tomar estas decisiones. Después de todo, son un negocio y su principal objetivo es ganar dinero.
Y luego, no podemos negar el impacto cultural de estos servicios de streaming bajo demanda, ¿verdad? Programas como Stranger Things, El mandaloriano, WandaVision e Los muchachos se han convertido en fenómenos culturales. Claro, podríamos tener algo mejor, pero este es otro asunto. En cualquier caso, lograr estos éxitos no es fácil. Depende de los gustos de las personas y de la interacción en las redes sociales. Y con el auge de nuevas plataformas como la de Elon Musk que promete ser una aplicación “universal”, las cosas podrían complicarse aún más. Y caro.
Streaming on demand: poder para la gente de los espectadores
Al final del día, la decisión de suscribirse o no a estos servicios de transmisión bajo demanda está en nuestras manos. Sí, también han revolucionado la forma en que consumimos los medios, pero no lo hicieron como un favor.
Depende de nosotros decidir cuánto estamos dispuestos a pagar por el entretenimiento, y también puede ser útil "ayudar" a estas empresas a remodelar sus ofertas o perfeccionar su filosofía ajustando los hilos del presupuesto.
No es un llamado a una "huelga proletaria": es la posibilidad de ejercer nuestros derechos como consumidores, dirigiendo las elecciones de las empresas que, de lo contrario (se puede jurar) subirán el listón cada vez más alto.