La inteligencia artificial, una fuerza impulsora de la innovación tecnológica, está transformando el panorama laboral global. Sin embargo, un nuevo informe del McKinsey Global Institute (para los EE. UU., a menudo un anticipo de Europa) ha revelado un hecho preocupante: la automatización, impulsada por la IA, podría tener un impacto desproporcionado en las mujeres en el mundo laboral.
Las conclusiones, basadas en datos y análisis en profundidad, plantean preguntas importantes sobre la igualdad de género, el futuro del trabajo y las responsabilidades de las empresas para garantizar un entorno laboral justo e inclusivo.
El auge de la IA: un futuro injusto
La inteligencia artificial promete revoluciones en varios sectores, desde el médico hasta el financiero, incluso con la perspectiva a corto plazo de un aumento del empleo (aunque a la distancia todos sabemos que será uno borrón y cuenta nueva para muchos trabajos).
Sin embargo, hay una cara oculta de esta moneda tecnológica. Las mujeres, que han luchado arduamente por sus derechos y por la igualdad en el lugar de trabajo, pueden encontrar en la automatización su enemigo más despiadado.
Atención al cliente y restauración: los baluartes de las mujeres están en riesgo
Los datos son claros y un poco inquietantes. Sectores como el secretariado, el servicio al cliente y la restauración, tradicionalmente dominados por mujeres, son los que corren mayor riesgo. Podríamos esperar que sea una mera coincidencia, pero los números cuentan una historia diferente.
Obviamente, esto no mantiene a otros a salvo: áreas como los negocios, las profesiones legales y la atención médica corren menos riesgo, pero eso no significa que sean seguras. La IA es impredecible y, como hemos visto en el pasado, puede sorprender incluso a los más experimentados en el campo.

¿La solución? Cambiando la forma en que contratamos
El informe de McKinsey sugiere una solución potencialmente innovadora: cambiar la forma en que contratamos. En lugar de mirar la educación y la experiencia pasada, debemos centrarnos en las habilidades y capacidades. E, irónicamente, también podríamos usar la IA para ayudarnos con esta tarea. Después de todo, si no puedes vencerlos, únete a ellos..
Recordemos siempre que la tecnología es solo una herramienta. Cómo lo usamos depende de nosotros. Y si se usa correctamente, puede conducir a un futuro en el que hombres y mujeres trabajen codo con codo, no en competencia con las máquinas, sino en armonía con ellas.