Un estudio combinado de la Universidad de Yale y Aarhus en Dinamarca examinó el posible vínculo entre los niveles de litio en el agua potable y el mayor riesgo de autismo en ninos. Todavía no es posible decir con certeza definitiva que el litio sea la causa directa del autismo, pero este descubrimiento ciertamente merece más investigación. El litio, utilizado a menudo como medicamento para tratar trastornos del estado de ánimo, en el pasado se ha relacionado con defectos cardíacos en recién nacidos y abortos espontáneos.
Investigación pionera sobre autismo y litio
Es la primera vez que se descubre una asociación entre el litio y los trastornos del espectro autista (TEA). Investigación danesa analizada 52.706 los niños y descubrió que la exposición de las madres a niveles más altos de litio en el agua potable durante el embarazo se asociaba con un aumento moderado en el riesgo de TEA en sus hijos. El litio suele acabar en el agua potable debido a la erosión de los minerales subterráneos. En Dinamarca, los niveles de litio en el agua son, en promedio, bajos en comparación con otros países.
Los científicos utilizaron datos de 151 plantas públicas de agua diferentes (alrededor del 50% de toda la población danesa). Luego dividieron las concentraciones de litio en el agua potable en cuatro partes iguales y analizaron la exposición prenatal al litio para cada cuartil. En el segundo y tercer cuartil, el riesgo de ser diagnosticado con autismo fue 24-26% más alto que el cuartil más bajo. En el cuartil superior, el riesgo incluso aumentó en un 46%.
Litio, agua potable y autismo: los próximos pasos
El panorama parece bastante complejo. Como se mencionó, el litio se usa como estabilizador del estado de ánimo para tratar a personas con trastornos bipolares y depresión. Estudios anteriores han relacionado niveles más altos de litio en el agua potable con menores tasas de suicidio, lo que llevó a algunos a argumentar (loco para mí) que el elemento podría agregarse artificialmente a los suministros de agua.
El estudio danés tomará otras medidas para centrar la atención en la situación. Para evaluar la exposición de las madres, por ejemplo, también será necesario incluir datos sobre el consumo real de agua, así como sobre la presencia de litio únicamente. En resumen, la investigación ha abierto una nueva puerta sobre el posible vínculo entre el litio en el agua potable y el autismo. Cualquier contaminante en el agua potable que pueda afectar el cerebro humano en desarrollo merece toda la atención.
El estudio fue publicado en Jama Pediatrics (lo enlazo aqui)