El patio del Parlamento danés en Copenhague se prepara para convertirse en un lugar de encuentro democrático para todos gracias al proyecto de renovación de los estudios de arquitectura Cobe, Arcgency y Drachmann Arkitekter. El proyecto implica la introducción de asientos tipo anfiteatro, una entrada para visitantes y la transformación de edificios gubernamentales existentes en espacios modernos y de acceso público. Lo considero una buena prueba, que podría convertirse en tendencia.
Un símbolo de apertura y transparencia
En una era en la que a menudo se cuestiona, a veces con razón, la confianza en las instituciones democráticas, este proyecto representa una señal fuerte y clara. El Parlamento danés quiere abrirse a los ciudadanos, invitándolos a participar y vivir la democracia de cerca. No se trata sólo de una renovación arquitectónica, sino de un verdadero cambio de paradigma, una reflexión sobre el papel del Parlamento en la sociedad contemporánea. En esencia, el proyecto danés tiene como objetivo mostrar la singularidad de la democracia danesa, haciéndola abierta y accesible para todos, manteniendo al mismo tiempo la eficiencia y la seguridad necesarias.
Como señaló Daniel Stubbergaard, fundador de Cobe:
No hay tarea más desafiante para un arquitecto que poder trabajar con el marco físico de nuestra democracia.
Un anfiteatro para la democracia danesa
El corazón del proyecto es sin duda la nueva entrada para los visitantes en el patio del Parlamento danés. En este caso, los arquitectos imaginaron un anfiteatro excavado en el suelo, con asientos dispuestos en círculo alrededor de un árbol central, llamado "El árbol del pueblo". Un símbolo poderoso, que evoca las raíces profundas de la democracia y su vínculo indisoluble con la ciudadanía.
Este espacio será únicamente un punto de acceso, encuentro e intercambio. Aquí será posible celebrar debates públicos, entrevistas, manifestaciones: todas aquellas actividades que son la sal de la democracia. Una manera de acercar la política a los ciudadanos, de hacerla tangible y participativa. desde el patio, los visitantes serán llevados a un centro subterráneo, ubicado entre los edificios históricos del Parlamento. Aquí encontrarán espacios luminosos y arcos, con un área de exposición dedicada a la democracia. Una oportunidad única para recorrer la historia de las instituciones danesas, pero también para reflexionar sobre el futuro de la democracia en un mundo que cambia rápidamente.
Edificios existentes, incluido el histórico. Palacio de Christiansborg, se transformará en modernas oficinas para parlamentarios, además de albergar un restaurante y más espacios de exposición. Una intervención delicada y reflexiva, que requiere un cuidadoso proceso de restauración y transformación, respetando el significado histórico de estos lugares.
Un proyecto para las generaciones futuras
El edificio del Parlamento danés es el mayor proyecto de construcción en su conjunto desde hace 100 años. Un desafío ambicioso, que mira al futuro con optimismo y confianza. Porque si es cierto que la democracia es un precioso legado del pasado, también lo es que hay que cultivarla y renovarla cada día, para entregarla intacta a las generaciones futuras. En este sentido, el proyecto de Cobe, Arcgency y Drachmann Arkitekter es mucho más que una simple obra arquitectónica. Es una inversión en participación, en transparencia. Una manera de decirles a los ciudadanos daneses, y no sólo: este es su Parlamento, esta es su casa. Entra, participa, haz oír tu voz.
Si tan solo la política pudiera seguir el ritmo del diseño y la arquitectura. Quizás también podría ser un "lugar" donde cada ciudadano pueda sentirse parte de algo más grande, de un proyecto común de futuro. Espero que el ejemplo danés inspire a otras instituciones, en Dinamarca y en todo el mundo, a seguir el mismo camino. Porque si algo hemos aprendido de la historia es que la democracia no es un hecho, sino un logro que hay que defender y renovar cada día. Y proyectos como este son un paso importante en esta dirección.