¿Has notado que después de una tormenta las plantas se vuelven más verdes y frondosas? Más de lo que son después de un día lluvioso normal. El mérito es todo del relámpago.
Los rayos tienen la capacidad de “fijar” nitrógeno en el aire y ponerlo a disposición de las plantas, y una prueba científica realizada en Auburn, Australia, buscó replicar el proceso creando “un rayo en una botella”.
¿Cómo fue posible?
La prueba nació gracias al desarrollo de una tecnología llamada “al unit plasma no térmico“, que actúa como un rayo controlado (o un soldador de arco).
El propósito del investigador. Greg Butler en este proyecto financiado por el gobierno federal australiano? Averigüe si puede replicar efectivamente el proceso natural de creación de nitrato que ocurre durante las tormentas eléctricas.
Para ello creó un sistema en el que se introducía aire en un recipiente con agua mediante un compresor.
"Imagínese poner un soldador de arco en un vaso de agua", dice Butler, "y luego rociarlo todo en el aire: es el mismo comportamiento que un rayo, pero controlado".
La unidad de plasma no térmica descompone las formas moleculares de nitrógeno y oxígeno en el aire y las reforma como óxido nítrico disuelto en agua.
"A partir de ahí, recogemos ese nitrógeno en un líquido y lo rociamos a través del sistema de fertirrigación", dijo Butler.
La fertirrigación es el proceso de entregar fertilizante disuelto a los cultivos a través de un sistema de riego.
“Lightning in a Bottle” crea fertilizante líquido para los agricultores
miguel paxton, el responsable del viñedo australiano que acogió la prueba, ya disponía de un sistema de fertirrigación, y lo explotó por primera vez obteniendo nitrógeno del aire.
“Un rayo en una botella” promete brindarles a él y a los agricultores una máquina que cuesta menos que la urea que compran para suministrar nitrógeno a las plantas.
No sólo eso: el proceso de producción de fertilizantes La mezcla de nitrógeno convencional (mezclar nitrógeno del aire con hidrógeno para crear amoníaco) consume mucha energía. Alimentar este nuevo dispositivo con paneles solares, que producen fertilizante de kilómetro cero, también podría reducir el impacto energético.
Y eso sería fantástico, especialmente en Europa, donde más del 70 % de la producción de fertilizantes se ha reducido o detenido debido a las crisis energéticas (y geopolíticas).
Por una vez, un rayo inesperado no trae malas noticias.