Los macrófagos migran a través de nuestras arterias comiendo la grasa para sacarla. Sin embargo, cuando están llenos, pueden contraer los vasos sanguíneos e inducir enfermedades del corazón. Investigadores de la UConn Salud EE.UU. publicó un estudio en Nature Cardiovascular Research lo que muestra cómo la eliminación de una proteína puede ayudar a prevenir este problema. Y prevenir derrames cerebrales y ataques cardíacos en humanos.
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Los macrófagos son glóbulos blancos grandes que funcionan como un equipo de limpieza que se mueve por nuestro cuerpo, limpiando desechos peligrosos. Por otro lado, la actividad de los macrófagos, como se mencionó, puede causar problemas en las personas con aterosclerosis cuando se desarrollan depósitos de grasa e inflamación en los vasos sanguíneos. Se comen el exceso de grasa dentro de las paredes de las arterias, pero esa grasa hace que se vuelvan espumosos. Y los macrófagos espumosos tienden a estimular la inflamación en las arterias y, a veces, rompen las placas, liberando coágulos que pueden causar infarto, ictus o embolias en otras partes del cuerpo.
El estudio sobre la proteína contra infartos y accidentes cerebrovasculares

Los investigadores encontraron que una proteína llamada TRPM2, activado por la inflamación, envía señales a los macrófagos para que comiencen a comer grasa. Dado que la inflamación de los vasos sanguíneos es una de las principales causas de la aterosclerosis, TRPM2 se activa ampliamente, produciendo la reacción en cadena que conduce a problemas graves.
"El mecanismo de acción de TRPM2 asombró al equipo", dice. Lixia Yue, biólogo celular de la Facultad de Medicina de la UConn. “Forman un verdadero círculo vicioso que favorece el desarrollo de la aterosclerosis”.
Yue e Pengyu Zong, el primer autor del artículo, demostró una forma de detener el ciclo, al menos en ratones. Eliminaron TRPM2 de un modelo de ratón con aterosclerosis: ¿resultado? Sin efectos negativos aparentes, pero no más aterosclerosis. ¿Y ahora?
El siguiente paso
El equipo busca comprender si el aumento de la expresión de TRPM2 en monocitos (precursores de macrófagos) en la sangre está relacionado con la gravedad de la enfermedad cardiovascular. Si descubren un vínculo, los niveles altos de TRPM2 podrían ser un indicador de riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Podría ser el principio del fin para dos grandes asesinos humanos.