Para combatir los coágulos de sangre en el cerebro, la velocidad es clave. Mientras que los coágulos en las arterias cortan el flujo de sangre vital, los coágulos en las venas ejercen presión sobre los vasos sanguíneos del cerebro, lo que provoca un posible sangrado. Un equipo de investigadores de NC State y Georgia Tech inventó un nuevo método para eliminar este tipo de coágulos en las venas más rápido que las técnicas existentes. Su solución: usar "vórtices ultrasónicos".
Extremadamente efectivo
La nueva técnica, ilustrada en el último número de la revista Researches muy adecuado para el tratamiento de un tipo particular de coágulo de sangre llamado trombosis del seno venoso cerebral (CVST). Un CVST ocurre cuando un coágulo de sangre bloquea los vasos sanguíneos en el cerebro, lo que impide que la sangre fluya correctamente.
Si este coágulo causa una hemorragia, puede causar un tipo de accidente cerebrovascular poco común pero insidioso: Afecta solo al 0,5-0,7% de todos los accidentes cerebrovasculares, pero ocurre con mayor frecuencia en adultos jóvenes y niños. Las técnicas actuales basadas en fármacos suelen ser lentas (promedio de 15, pero hasta 29 horas) e ineficaces para eliminar un CVST. Lo mismo ocurre con el abordaje quirúrgico, que puede fallar hasta en un 40 % de las veces. Aquí es donde entran en juego los vórtices ultrasónicos.
Crecen pequeños tornados ultrasónicos
El equipo de investigación descubrió que el uso de ondas de ultrasonido en espiral, llamadas ultrasonido de vórtice, es más eficaz que las técnicas tradicionales para destruir los coágulos de sangre. Los vórtices ultrasónicos actúan como un verdadero taladro invisible.
Las pruebas in vitro han demostrado que este enfoque es al menos 63,4% más rápido en la restauración del flujo sanguíneo adecuado y sin obstáculos en comparación con las técnicas existentes.

Los resultados
El equipo de investigadores trabajó en un modelo impreso en 3D y lleno de sangre bovina. En el laboratorio, una aplicación de vórtices ultrasónicos despejó el tubo de ensayo (7,5 cm de largo) en solo 8 minutos sin dañar el tejido en lo más mínimo.
El siguiente paso será probar la técnica en modelos animales, para luego pasar a posibles ensayos clínicos en el futuro. Si la técnica estuviera disponible, sería un gran paso adelante.