la idea de uno aerosol nasal utilizados para tratar la depresión pueden parecer inusuales o poco probables.
Sin embargo, un grupo de investigadores japoneses ha demostrado exactamente lo contrario. Su proyecto fue aprobado para la experimentación en humanos.
Ha alcanzado un nivel importante y podría ayudar a innumerables personas en todo el mundo.
La depresión, el enemigo que avanza
En la actualidad, se estima que alrededor 17% de las personas experimentará al menos un episodio depresivo en su vida. Los médicos se ven obligados a intervenir, tratando de reducir el impacto de la depresión.
No es la primera vez que se estudian soluciones asociadas al uso de un spray nasal. Este método permite llegar más rápidamente a los puntos sensibles del cuerpo, transmitiendo información directamente al cerebro.
En EE. UU., el spray de ketamina “Spravato” puede haber reducido el número de suicidios registrados.
Un spray nasal para la depresión.
El proyecto fue iniciado por un equipo de investigadores de la Universidad de Osaka en Japón. Al combinar información pasada y presente, los médicos desarrollaron una solución basada en antibióticos y antioxidantes.
Los investigadores decidieron explotar el epitelio respiratorio como un mensajero químico, capaz de dirigirse directamente al cerebro. Según lo explicado, el epitelio ocupa gran parte de las células de la mucosa nasal.
De este modo, el spray puede llegar fácilmente a su destino, asegurándose de que el antibiótico y el antioxidante transmitan el mensaje correcto al cerebro.
Los componentes utilizados para el desarrollo del spary han sido comprobados y utilizados varias veces en el campo médico. No tienen implicaciones graves y no causan daño a la persona.
Por esta razón, las pruebas también han sido aceptadas en humanos.
El inicio de los ensayos clínicos.
El objetivo inicial del equipo de investigación no era exactamente la depresión.
Inicialmente, su objetivo era prevenir la neurodegeneración relacionada con la demencia. Las pruebas preclínicas habían arrojado resultados positivos en referencia a diferentes formas de demencia.
El 13 de diciembre, la revista Fronteras en Neurociencias ha publicado un artículo sobre eso estudio, dándonos algunos detalles más.
El spray nasal del equipo se basa en rifampicina, un antibiótico ya ampliamente utilizado en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer. El poder de esta sustancia es reducir la acumulación de proteínas tóxicas responsables del desarrollo de la enfermedad.
Después de varios estudios, quedó claro que la rifampicina puede prevenir la neurodegeneración. Sin embargo, los efectos secundarios en el hígado impidieron que la administración continuara en los hombres. En la forma en que se presentó inicialmente, se encontró que el antibiótico se volvió excesivamente fuerte.
El desarrollo de la investigacion
Este primer descubrimiento fundamental llevó a los investigadores a centrarse en otra forma de administrar rifampicina.
El objetivo se ha convertido en identificar un método capaz de evitar los efectos secundarios en el hígado, llegando aún al cerebro.
Los estudios iniciados más tarde demostraron que la administración de vía nasal evitó la ocurrencia de estos mismos efectos. Sin embargo, los médicos querían asegurarse de que no fuera problemático a largo plazo.
Para estabilizar la rifampicina, los investigadores agregaron un antioxidante natural: el resveratrol.
Es un antioxidante muy particular, que también se encuentra en el vino tinto y el chocolate negro. El resveratrol tiene importantes propiedades antienvejecimiento, que han permitido la creación de un spray capaz de frenar la progresión de enfermedades específicas.
Durante las primeras pruebas, los investigadores administraron el aerosol nasal cinco veces una semana a un grupo de ratones.
A partir de los primeros resultados, se supo que la terapia logró bloquear la acumulación de proteínas tóxicas que llegaban al cerebro. Al mismo tiempo, el aerosol no causó daño hepático, lo que se encontró en pruebas anteriores.
Todo esto hizo posible comenzar a probar en hombres. Estados Unidos y Japón serán los primeros países en albergar los ensayos, que podrían ayudar a muchos enfermos.