La pequeña isla de Nueva York se eleva desde el muelle 54 del río Hudson como un sueño lleno de formas sinuosas y exuberante vegetación. “Hermoso e imposible”, diría Gianna Nannini. No es de extrañar que este nuevo parque se haya convertido en una "escapada urbana" muy querida.
La estructura es un apéndice "excéntrico" del Hudson River Park circundante. Little Island nació de las cenizas del muelle fallecido, que fue destruido en 2012 por el huracán Sandy. Y muestra en todo su esplendor cómo se pueden reconstruir mejor, qué son y qué pueden ser. Espacios públicos bien concebido.
Cómo nació Little Island
Este espacio tan especial costó unos 260 millones de dólares, y es el "hijo" de Thomas Heatherwick, el diseñador británico ya conocido en Nueva York por el Vessel. Heatherwick, conocida por sus estrategias de diseño que tienen como objetivo crear experiencias inmersivas para los visitantes, ha sido más "minimalista" con Little Island. El resultado ha sido una estructura más accesible y amigable para los visitantes que, en lugar de ser imponente, es acogedora y realmente cara.
El primer impacto con Little Island es suficiente para hacer saltar de alegría a cualquiera. De las turbias aguas del río Hudson (excepto aquellas que son filtradas por esta espectacular piscina) destacan unas estructuras blancas que casi deslumbran a los ojos. Los visitantes sienten que están entrando en un mundo de cómics, un entorno de Super Mario World. O un minigolf gigantesco (no sé cómo decirlo de otra manera).
Imponente, cautivador, delicioso. Cómo crear un refugio natural siendo parte integral de una megalópolis. Arquitectos, tomen papel y lápiz.
Lecciones del futuro
Muchas ideas para el parques públicos del futuro vienen de Little Island. En primer lugar, no se puede escapar de una vista de la ciudad desde allí. Está en el fondo, amenazante y distante, pero sigue siendo un actor importante. Luego, los detalles, que hacen que Little Island sea realmente especial: caminos sinuosos interrumpidos por pequeñas pendientes que recrean verdaderamente una experiencia de cuento de hadas. Un paisaje concebido para albergar pequeños "secretos ocultos" que surgen de vez en cuando. Casi un lugar completamente "táctil".
Little Island es un muelle como cualquier otro en la gran red de atracciones que bordean todo el Hudson River Park: una vez que ingresas, sin embargo, estás completamente capturado, la ciudad termina en el fondo y una extraña y pequeña naturaleza (completa con mini -hills)) abre todas sus sorpresas a los visitantes.